NG200602003

ridad con los sufrientes. En cuanto impulso moral, esta agitación espontánea tiene su manifestación en una urgencia y una impacien- cia frente a la injusticia, que se resisten a un aplazamiento de la acción por motivos de racionalización o fundamentación. Hay pro- blemas que están exigiendo una respuesta inmediata. El mismo papa lo dirá en el Congreso organizado por el Ponti- ficio Consejo Cor Unum las vísperas de hacer publica la encíclica: “El espectáculo del hombre que sufre toca nuestro corazón. Pero el compromiso caritativo tiene un sentido que va más allá de la mera filantropía. Dios mismo nos empuja en nuestro interior a aliviar la miseria. De este modo, en definitiva, le llevamos a Él mismo al mundo que sufre. Cuanto más le llevemos consciente y claramente como don, más eficazmente cambiará nuestro amor el mundo y des- pertará la esperanza, una esperanza que va más allá de la muerte” 27 . Esta doctrina, recoge el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, tiene una profunda unidad, que brota de la Fe en una salva- ción integral, de la Esperanza en una justicia plena, de la Caridad que hace verdaderamente hermanos a todos los hombres en Cristo; es una expresión del amor de Dios por el mundo, que Él ha amado tanto ‘que dio a su Hijo único’ (Jn 3,16). La ley nueva del amor abar- ca la humanidad entera y no conoce fronteras, porque el anuncio de la salvación en Cristo se extiende ‘hasta los confines de la tierra’ (Act. 1,8) (CDSI 3). O como dice más tarde ,“toda realización cultural, social, eco- nómica y política, en la que actúa históricamente la sociabilidad de la persona y su actividad transformadora del universo, debe consi- derarse siempre en su aspecto de realidad relativa y provisional, por- que ‘la apariencia de este mundo pasa’ (1 Cor 7,31). Se trata de una realidad escatológica, en el sentido de que el hombre y el mundo se dirigen hacia una meta, que es el cumplimiento de su destino de Dios; y de una relatividad teológica, en cuanto el don de Dios, a tra- vés del cual se cumplirá el destino definitivo de la humanidad y de la creación, supera infinitamente las posibilidades y las aspiraciones del hombre” (CDSI 48). EL HUMANISMO TRINITARIO, FUENTE DE LA DOCTRINA SOCIAL… 369 27 Tomado de Zenitespanol@zenit.org 23 de enero de 2006.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz