NG200602003

la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios” (GS 19) que es amor 22 . Algunos, creyendo que las injusticias deben ser redimidas úni- camente por la justicia, rechazan la caridad como aquello que humi- lla la dignidad humana 23 . Sin embargo, la doctrina católica afirma que todo el orden social necesita conformarse con la justicia, pero la caridad debe ser como el alma de este orden. La caridad evapo- ra la acritud que nace de la rigidez de la justicia. Para ver esta dimensión del humanismo pleno nos fijamos en dos horizontes en relación con las dimensionales de la caridad, kenótica y social. Son el humanismo comunional y el social. Nuestro objetivo es el de descubrir estas dimensiones desde la consideración social del hombre y desde la inserción del amor divi- no en la realidad socio-comunitaria. Dios, Amor, se encarna en una realidad humana respetando la autonomía de las realidades tempo- rales. En primer lugar, en esta dimensión social, el humanismo trini- tario es pleno en cuanto es comunional, es decir, la caridad social es la actitud básica del ethos social cristiano y, por ello, significa el contenido global del compromiso cristiano. Entendemos por caridad social o caridad política como la categoría ético-religiosa que totali- za el ethos social de los cristianos. Pero llevar a la vida la caridad política necesita de algunas mediaciones. Estas son la justicia y el Bien Común. La caridad pertenece, por tanto, al mundo de la intencionalidad y de la cosmovisión cristiana. Así, la solución de la cuestión social ha de esperarse de la efusión de la caridad como compendio de la ley nueva del evangelio. La caridad ha de ocupar el puesto que le corresponde, el más alto en la escala de los valores religiosos y morales tanto en su estimación teórica como en la actuación prácti- ca de la vida cristiana. La caridad lo explica e inspira todo, todo lo hace posible y lo renueva. Así entendida, la caridad conserva su dimensión religiosa es decir la liberación del pecado y la considera- 364 ÁNGEL GALINDO GARCÍA 22 Cf. J.M. IBAÑEZ LANGLOIS, Doctrina Social de la Iglesia (Pamplona 1990) 75-85. 23 Aquí pueden situarse todas las tendencias sociales con base ideológica de tipo Nietzscheriana.

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