NG200602002

representantes de la comunidad. Harían referencia a las representa- ciones existentes en el judaísmo sobre los ángeles de los pueblos y de Miguel como el ángel de Israel. Como a lo largo del Apocalipsis son representantes de la acción de Dios 42 . 11. La aparición de los ángeles siempre es el signo de una inter- vención directa y decisiva de Dios, que no deja que los aconteci- mientos se desarrollen por sí mismos, sino que a través de ellos los toma a su cargo. Son sinónimos de las leyes que, cuando Dios salió de sí mismo en la primera Singularidad , insufló en ellas; las leyes que debían regir lo aparecido en el big - bang , por voluntad expresa de Aquel que imprimió en ello toda la energía existente en el cos- mos y que se polarizó en todos los aspectos que aquella primera Singularidad produjo. Nuestra percepción de aquella realidad tiene una doble fase, la del Antiguo y la del NT. Como hemos visto, ya en el AT, los ángeles son los instrumentos de Yahvé para conducir a su pueblo, llamar a sus servidores, manifestarse a los profetas. Pues bien, del mismo modo intervienen en los acontecimientos del NT, en la vida de Jesús y de la Iglesia original. Su papel es atestiguado, como ya queda dicho más arriba, particularmente en los relatos de la infancia ( Mt 1,20ss; 2,13) Lc 1,11ss. 26ss; 2,9ss ), de su resurrección ( Mt 22,2ss; Mc 16,5ss ) Lc 24,4ss; Jn 20,12ss ), en las ocasiones en las que Jesús libra los combates del Reino (tentaciones en el desierto ( Mt 4,11; Mc 1,13), en la agonía de Getsemaní ( Lc 22,43 ). Pero si los ángeles juegan un papel activo durante todo el perí- odo de la historia de la salud, la que está detrás de nosotros y la que está delante de nosotros, tenemos la impresión de que el NT indica para el tiempo de la Iglesia como una interrupción de su ministerio terreno. Ha tenido lugar un acontecimiento capital en el que ellos no han tomado parte, la encarnación . Los ángeles no tienen cuer- po; la humillación, los sufrimientos, la muerte y resurrección de Jesús les son extraños. Y no sólo el NT marca claramente su inferio- ridad con respecto a Cristo (Hb 1,4ss), sino también con respecto a los cristianos; el cristiano tiene una posible comunión con el Señor, que escapa a los ángeles (se podría llamar el vínculo de la sangre), y que la atestiguan los sacramentos , en los cuales ellos no tienen DIOS Y SU CORTEJO ANGÉLICO 347 42 G. KITTEL, en la misma palabra “ángelos”, en TWzNT , I, 85-86.

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