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ampliación y visualización de su poder y divinidad; ellos son la corte, séquito y mensajeros. De ahí que los ángeles sean utilizados en la literatura rabínica como decoración o escenificación de las narraciones del AT. Dios se asesora de ellos para la creación de los hombres 33 ; ponen reparo en el sacrificio de Isaac; se aparecen en el Sinaí y participan en la dona- ción de la Ley; regulan la naturaleza y las estaciones naturales y con- ducen a los pueblos; ellos acompañan y protegen a los hombres y juegan un papel importante en su muerte y en el juicio 34 . Pero nunca insinúa la literatura rabínica que los ángeles coac- cionan a Dios o sus acciones. Incluso los enemigos de Israel tienen que someterse a su voluntad. Que los ángeles hayan participado en la creación, no elimina que ellos hayan sido creados en los días de la creación ni que Dios cree nuevos ángeles para su alabanza o que los haga desaparecer. Por doquier aparece el esfuerzo de presentar a los ángeles como subordinados a Dios, con grandes diferencias de las diversas consideraciones. Junto a Mt 18,1 , en que se afirma que los ángeles ven la cara de Dios, aparece también en la discusión tannaita la concepción opuesta. Tan pronto se afirma que conocen lo oculto y lo futuro, como que lo desconocen; se dice que tienen la experiencia de los justos, como que éstos estuviesen por encima de los ángeles. El fun- damento de tales fluctuaciones es abiertamente la necesidad innega- ble de reconocer su subordinación a Dios. Este interés que se demuestra en la especulación general de los ángeles actúa en conexión con el pensamiento general de Dios en relación con los ángeles y con los hombres. Además los “ángeles protectores ” y los “ángeles acompañantes” son representantes y eje- cutores de la protección y del mando, en especial de los justos. Ellos interceden ante Dios y, sobre todo, ante Miguel. Llevan las oracio- nes de todas las sinagogas ante Dios y las colocan como una coro- na sobre su cabeza. Nuestro Misal romano conserva vestigios de esta mentalidad: “Te pedimos humildemente, que esta ofrenda sea lleva- da a tu presencia hasta el altar del cielo por manos de tu ángel ...” DIOS Y SU CORTEJO ANGÉLICO 329 33 G. KITTEL, en la misma palabra “ángelos” , en TWzNT , I , 80, nota 42. 34 H. L. STRACK – P. BILLERBECK, Kommentar zum NT aus Talmud und Midras , I-5. Recogidos de G. Kittel de la misma palabra “ángel”, 81, notas 45.46.47.

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