NG200602002

Los kerubines , seres compuestos y alados, son conocidos en todo el Oriente. Allí donde se manifiestan inauguran la proximidad de Dios. Los seres o mensajeros terrenos demoníacos son menos. No deben ser entendidos como mensajeros celestes, ni se les puede atri- buir un significado religioso. Aquí nos encontramos, en compara- ción con la religión babilónica y la egipcia, en la que la vida diaria es una lucha agotadora con los demonios, con una única acción de fe en el AT: Yahvé era la única causa creadora en la naturaleza y en la historia. Con ello quedaba estrangulada en principio la fe en los demonios e Israel atribuyó estas acciones a Yahvé, donde las otras religiones se las hubiesen adjudicado a los demonios. (Los recuer- dos de las tradiciones pre-israelitas sobre los seres demoníacos y su acción maléfica, fue reabsorbido por Yahvé en el círculo de las representaciones israelitas” 32 . En última instancia, se trata de un final del pensamiento del AT sobre la creación, que en ningún momento fue inventado, y también aquí la fe del AT sobre los ángeles mantiene firme el testimonio de esta fe. III. LA DOCTRINA SOBRE LOS ÁNGELES EN EL JUDAÍSMO 1. El judaísmo mantiene la tradición del ángel de Yahvé . Más aún, se produce una ampliación del cortejo angélico de Dios que tiene como resultado una amplia angelología. No se desarrolló más por el freno que le impuso el racionalismo griego. En los apócrifos del AT, la imposición de nombres tan rotundos como Miguel, Gabriel o Rafael, también demuestra el freno que los retiene. Un freno que es utilizado mediante la utilización de un nombre genéri- co como el ángel de Dios o del Señor , que suplanta a los nombres propios. El liberalismo saduceo intenta suprimirlos ( Hch 23,8 : “Porque los saduceos niegan la resurrección y la existencia de ángeles y espí- ritus, mientras que los fariseos profesan lo uno y lo otro ”). Sin embar- DIOS Y SU CORTEJO ANGÉLICO 327 32 G. von Rad, O.c.,en TWzNT , I , 79, nota 31.

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