NG200602002

¿Cómo ha logrado dominar el interés escasamente teológico? Proba- blemente haya que contar con la preocupación por la sistematiza- ción de los seres intermedios. Dentro de ella aparece la necesidad de la individualización: comienzan a ser conocidos por su nombre: Miguel es el príncipe o el gran príncipe protector de Israel (Dn 10.13.21: “Pero el príncipe del reino de Persia se me opuso veintiún días; mas Miguel, uno de los príncipes supremos, vino en mi ayuda, y yo me quedé allí junto al rey de Persia... Pero yo te daré a conocer lo que está escrito en el libro de la verdad. Nadie me ayuda contra ellos, si no es Miguel, vuestro príncipe”; 12,1: “Entonces se alzará Miguel, el gran príncipe, el defensor de los hijos de tu pueblo, y será un tiempo de angustia, tal como no lo hubo desde que existen las naciones hasta ese día. Entonces se salvarán los que de tu pueblo estén escritos en el libro”. Gabriel es un magnífico intérprete: “Mientras yo, Daniel, con- templaba la visión y buscaba la inteligencia, púsose ante mí un como hombre; y oí una voz de hombre que de en medio del Ulai (El texto dice: “entre”, lo que se puede entender; tal vez, de los batien- tes de la puerta) gritaba y decía : “Gabriel, explícale a este la visión” (Dn 8, 15-16). “Todavía estaba hablando en mi oración, y aquel varón, Gabriel, a quien antes vi en la visión, volando rápidamente, se llegó a mí, como a la hora del sacrificio de la tarde. Me enseñó, hablando conmigo y me dijo: Daniel, vengo ahora para hacerte entender ( 9,21). Inmediatamente debajo de Dios están los arcángeles o seres supremos (= sar ). Se conoce también a ángeles protectores de otros países ( Dn 10,13.20 ); aparecen en escena los ángeles guardianes (¿ángeles custorios?) ( Dn 4,10,14.20 ). Y el número de los seres que rodean el trono para realizar el servicio divino sube a millares de millares y a millones de millones, ( Dn 7,10 ). Con ello se ha abierto una nueva fase en la historia de la fe judía sobre los ángeles. Comienza a establecerse una jerarquía celeste y finalmente, .en los últimos libros canónicos del AT, se puede hablar de una angelolo- gía veterotestamentaria. Los hebreos se imaginaban al principio a los mensajeros celes- tes como humanos (necesitaban una escalera para subir y bajar, Gn 12,28 ); pueden ser llamado, sin más, ish ( Jos 5,13; Ez 40,3; Dn 10,5 ). 326 FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS

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