NG200602002

¿Cómo se insertan estas pendencias fraternas en la historia de la salvación? La historia comienza con la revelación de Dios a Jacob y con la afirmación de que el cielo se interesa en lo que le sucede. Dios no lo abandonará hasta que no cumpla lo que le ha prometi- do. Yahvé no es todavía el Dios de Jacob. Lo será a partir del sueño que tuvo en Betel sobre la escalera por la que los ángeles subían y bajaban comunicando el cielo con la tierra. Aunque no se nos habla de la relación de Jacob con Yahvé durante veinte años, se halla la perspectiva de que Dios convertirá a Jacob en Israel. Además, una vez despedido de Labán, su suegro, se siente acompañado por los ángeles (Gn 32,1-2: “Jacob prosiguió su camino (después de despedirse de Labán), y le salieron al encuen- tro ángeles de Dios ) . Ya le eran familiares desde que los vio en sue- ños en Betel, subiendo y bajando por aquella gigantesca escalera (Gn 12,28ss ). Se encontró seguro por la presencia de Dios ( Gn 32,3 ), aunque había prescindido de él durante tantos años. La escena alcanza su culminación al llegar a Panuel: allí se encuentra con Dios cara a cara; intenta conocer el nombre de su divino antagonista y éste le cambia su propio nombre. Su significa- do es incierto, pero Yahvé lo interpreta como signo de lo que ha conseguido a través de la lucha y de la discusión entre ambos y, en el juicio divino, ha prevalecido el forcejeo. La narración de la escena resulta extremadamente recargada porque retiene superpuestos varios niveles de sentido que tuvo la leyenda. El autor hace correr el sentido de la leyenda desde un hom- bre a un numen , un dios protector del río al que hay que aplacar, y desde dicho numen al Dios de la promesa patriarcal 23 . No sabemos realmente lo que ocurrió. Pero eso no tiene impor- tancia; lo único importante es que el escritor bíblico interpreta esa competición nocturna de Jacob como una lucha con Dios. Pero como no quiere presentar directamente en escena a Dios mismo –en razón de su trascendencia absoluta– pone en juego la imagen del ángel que, al mismo tiempo, representa un mensaje (= malak ). Lo 318 FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS 23 S. H. Hook, Génesis , en “Peake´s Commentary on the Bible” (Nelson 1967) 199.

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