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perceptible porque en ambos casos se trata de la voz de Dios dirigi- da a Abrahán , al que califica con cierto empaque de “temeroso de Dios” 11 . La narración precedente debe ser situada en el contexto socio- lógico en el que estaban permitidos los sacrificios humanos a la divi- nidad. Una costumbre que había sido aceptada en Israel. El autor del presente relato afirma el rechazo radical de Dios a esta costum- bre abominable: “¿Con qué me presentaré yo ante Yahvé y me pos- traré ante el Dios de lo alto? ¿Vendré a él con holocaustos, con bece- rros primales? ¿Se agradará Yahvé de los miles de carneros y de las miríadas de arroyos de aceite? ¿Daré mis primogénitos por mis pre- varicaciones y el fruto de mis entrañas por los pecados de mi alma? (Mi 6,6-7). 5. Estas representaciones antiguas, evidentemente populares, progresan hasta llegar a un nivel teológico en otros textos. De las características apuntadas sobre el ángel de Yahvé y, sobre todo, de la fusión de Dios y de su cortejo angélico se nos impone extraer algunas conclusiones: a) El ángel de Yahvé no es un ángel con las características que adornan a esta figura en la mención que hacen de él otros textos; b) su significado consiste en ser órgano claro de la relación especial de la gracia de Dios con Israel ; c) puede afirmarse que dicho ángel es la expresión de la ayuda personal de Yahvé a Israel; d) por otra parte, en lugar de la ayuda mencionada, debe tenerse también en cuenta la oposición y el castigo que está dispuesto a infligir a Israel : “El ángel de Yahvé estaba cerca de la era de Arauná, el jebuseo. A la vista del ángel , que hería al pueblo, dijo David a Yahvé: “Yo he pecado; pero éstos, las ovejas, ¿qué han hecho?. Caiga tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre” (2S 24, 17); aunque, por otra parte, los lugares paralelos demuestran que, en este tiempo tardío el ángel es presentado como una figura huma- na engrandecida: “Y David alzó los ojos y vio al ángel de Yahvé entre la tierra y el cielo, teniendo en su mano, desnuda, la espada, vuelta contra Jerusalén. (1Cro 21,16). Veremos descrita esta figura con más precisos detalles y significados en Ap 10. 310 FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS 11 G. von RAD, Das erste Buch Mose, II, Cap. 12,10-25,18 (Göttingen 1952) 206.