NG200602001
En medio de estas experiencias, Dios se sirve de un leproso para que Francisco descubra su rostro en medio del mundo. En la campiña de Asís: “... se topó cierto día con un leproso, y, superándo- se a sí mismo, se llegó a él y le dio un beso. Desde ese momento comenzó a tenerse en más y más en menos, hasta que, por la mise- ricordia del Redentor, consiguió la total victoria sobre sí mismo” (1Celano, 17) 232 . Así descubre el “poverello” a Cristo como el Hijo del Padre que “ quiso escoger en el mundo la pobreza” y a cuyo seguimiento quiso entrar. “ Después, el santo enamorado de la perfec- ta humildad se fue a donde los leprosos; vivía con ellos y servía a todos por Dios con extremada delicadeza” (1Celano, 17) 233 . Pero fue un día “... en la celebración de la misa lo que dice Cris- to a sus discípulos cuando los envía a predicar, es a saber, que no lle- ven para el camino ni oro ni plata, ni alforja o zurrón, ni pan ni bastón, y que no usen calzado ni dos túnicas; y como comprendiera esto más claro por la explicación del sacerdote, dijo transportado de indecible júbilo: -Esto es lo que ansío cumplir con todas mis fuerzas” (Leyenda de los Tres Compañeros, 25). De esta manera comienza en Francisco la conversión de su amor a Dios y al prójimo. 3. E L AMOR DEL FIEL A D IOS Y AL PRÓJIMO ( V .18 B ) Francisco comprende que la historia de la Salvación no es efi- caz si cada varón y mujer, creados a imagen y semejanza del Amor, primero no reconocen la misericordia que el Hijo ha tenido con ellos, y segundo no actúan con sus prójimos de la misma manera a como Cristo ha obrado en ellos. Por eso Francisco apela a los fieles para que devuelvan agrade- cidamente el Amor que Dios le manifestó (2CtaF 4-13) con su pobre amor humano (2CtaF 18b). Y de esta manera reciban la bendición: LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(I) 299 232 Este acto significa la ruptura total de la tendencia de su “eros” a vivir cen- trado en sí mismo. El acto intuitivo y sencillo que describe la biografía tiene un sig- nificado mayor que el del mismo acontecimiento. 233 En los momentos iniciales, como le ocurre a todo convertido, pone mucho de sí en su afán de responder a Dios de tal manera que llega a confundir a Dios con sus fuerzas.
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