NG200602001
zón es el centro de la misericordia; de manera que quien no tiene entrañas de misericordia, impide la expansión del Amor que viene de Dios. En la 2CtaF el Amor aparece expresado con un genitivo subjetivo, “ la caridad que es Dios ” (v.87) , lo que significa que el Amor procede de Dios por ser su fuente. Así pues, el Amor, la san- tidad de Dios, se va a manifestar en los fieles con la misma fideli- dad (en hebreo “emet”) y lealtad (“hesed”) que mostró con Israel 225 . La actuación y el mensaje del Hijo encarnado serán los lugares donde la Trinidad se acerque, de forma misericordiosa, a los que viven una situación global de infortunio: pobres, hambrientos y afli- gidos 226 . Con ello Dios no privilegia una situación sino que manifies- ta su misericordia en aquellos que le necesitan 227 . Por eso la pregun- ta del fariseo a Jesús sobre quién es el prójimo, supone preguntar por los motivos por los que Dios se ha acercado a nuestra humani- dad malherida. Jesús fue el samaritano que se acercó al desvalido sin preguntar ni el cómo ni el por qué de la situación, sino que se dio por entero y le llevó en su cabalgadura. Y de un extraño hizo un prójimo. Francisco ha comprendido así la actuación de Dios, porque se ha sentido como el azotado y abandonado caminante, a quien el Señor ha levantado y ha devuelto a la vida. Esta convicción y la invi- tación: “ Vete y has tú lo mismo ” (Lc 10, 37), dan al traste con sus cri- terios y con toda su vida. 2. E L CAMBIO DEL AMOR HUMANO En la Introducción vimos cómo el espíritu humano de Francis- co es moldeado por Dios y cómo el santo va describiendo su pro- pio proceso para alentar a los fieles. En este momento de la carta, 296 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 225 (Cf. Os 2, 16-17). 226 Las tres bienaventuranzas que generan el resto parecen ser: bienaventura- dos los pobres porque el Reino de Dios es de ellos, bienaventurados los que tienen hambre porque serán saciados, bienaventurados los afligidos porque serán consola- dos. S. ARZUBIALDE, Teología Espiritual Sistemática II (Madrid 1998/99). 227 Las bienaventuranzas de Mateo manifiestan que la justicia de Dios (su misericordia) es parcial a favor de los que nada tienen. Esta concepción judía supo- ne una trasgresión de la justicia humana que busca la imparcialidad.
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