NG200602001

y por eso testimonia que sólo siguiendo el ejemplo del Hijo se puede entregar la propia vida y hacer de la libertad un don. La carta estructura la respuesta de los fieles de forma simétrica. A un lado están los que “ quieren recibirlo y ser salvos ” (v.15.18) , y al otro “ los que no quieren gustar cuán suave es el Señor” y se ganan la maldición (2CtaF 16-17). Cada una de ellas antecede lo que será el grueso de la carta: los que hacen penitencia (2CtaF 19-62) y los que no hacen penitencia (2CtaF 63-85). Sin embargo, la respuesta positiva al plan de Dios sufre una alteración en su orden: mientras que la respuesta negativa se da en bloque (2CtaF 16-17), la positiva, se divide y separa (2CtaF 15.18). ¿Cuál es la razón? Sin poder asegu- rarlo es bueno mirar al final de la 2CtaF y descubrir que tras hablar de los que no hacen penitencia viene la bendición final (2CtaF 86- 88). De la misma manera pudiera ser que Francisco alterara el orden en estos v.15 y 18 para comenzar el estilo de vida en penitencia con una bendición y no con la maldición que correspondería. 2.1. Los que siguen “sus huellas” y reciben con “corazón puro y cuer- po casto” (v.13b-14) Aunque el Padre “ quiere que todos seamos salvos ” son “ pocos lo que quieren recibirlo ” (v.15) . Francisco se encarga de destacar que la iniciativa de la Salvación corre de parte de Dios por mucho que el hombre se decida a acogerla. Dios ha sido, a lo largo de la histo- ria, quien ha llamado a varones (Cf.Jer 20,7ss) y mujeres (Cf.Lc 1, 26-38) de todos lo tiempos; fueran jóvenes (Cf.1 Sam 3, 1-14) o mayores (Cf.Gen 17,1). Y su voz siempre ha supuesto una novedad y una sorpresa. Francisco siente esa llamada 213 y conoce su tono y por eso invita a todos los fieles a vincularse a Jesús con el corazón y con la mente 214 . Sólo así podrán descubrir la autenticidad de Jesús, ser conscientes de su propia realidad y optar por un proyecto de vida que satisfaga sus motivaciones más profundas. LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(I) 291 213 (Cf. 2Cel10). 214 Dios se sirve de Francisco, en la 2CtaF, para suscitar la vocación de los fie- les al estilo de los relatos del AT. Aunque Dios puede mover la voluntad del hom- bre sin necesidad de intermediarios.

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