NG200602001

C APÍTULO 2º. LA PROPUESTA DE LA SALVACIÓN (V.13B-18) Una vez terminado el credo nos queda la sensación de que Dios está más cerca de nosotros. Francisco ha vivido el paso del Hijo a la vera de su camino y ha sentido sus manos que le curaban con aceite y vinagre 204 . Por eso está convencido de que la voluntad de Dios es “ que todos seamos salvos” . 1. “Y QUIERE QUE TODOS SEAMOS SALVOS ”( V .14) Al comenzar este capítulo nos asalta la pregunta de ¿cómo nos salvamos? Resulta que la Encarnación se nos ha mostrado como el misterio de la adecuación de Dios a la realidad de cada ser huma- no, de manera que cada uno de nosotros puede “recibirla” en su carne como lo hizo María. Así pues, el misterio de la humanidad de Jesús se convierte en el camino para reconocer, tanto el Misterio de Dios como nuestro propio misterio 205 . Francisco pone dos condiciones para acoger la Salvación: la pri- mera reside en seguir las “huellas” del Hijo encarnado, ya que es el ejemplo que el Padre nos deja (2CtaF 13b); una condición que remi- te al seguimiento histórico de los discípulos que vivieron con Jesús, la segunda se dirige a “recibirlo” en nuestras vidas “ con un corazón puro y con nuestro cuerpo casto ”; dando lugar a la conformación con los sentimientos del Hijo. Así, capacitados por la misericordia del Hijo estamos en la situa- ción de poder optar por la Salvación que trae y hacer de nuestra vida un servicio al Padre y a la humanidad. Francisco, en los versos que siguen al credo, expone el modo en que los varones y mujeres de todos los tiempos estamos llamados a responder al Amor de Dios. LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(I) 289 204 (Cf. Lc 10,34). 205 “ En realidad, el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado” (GS 22).

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