NG200602001
Verbo y sólo de Él, sin embargo Francisco reserva la Encarnación del Hijo para aquellos fieles que vivan según el evangelio. Esta manera de plantear la historia de la Salvación pudiera ser fruto de la recep- ción del símbolo de fe del IV concilio de Letrán en Francisco 189 , ya que refleja el mismo proceso de Encarnación: “...el Hijo unigénito de Dios, Jesucristo, hecho hombre por obra común de toda la Trinidad, concebido de María siempre Virgen por la cooperación del Espíritu Santo, hecho hombre verdadero... por la salvación del género huma- no sufrió y murió en el madero de la cruz, bajó a los infiernos, resu- citó de entre los muertos y subió al cielo”. También pudiera responder a una elaboración teológica de Francisco. Sin embargo, es algo improbable a tenor de sus escasos estudios y su poco gusto por la teología 190 . Lo más acertado será atender a la experiencia de Dios que sustenta la carta. La revelación mística de la vida trinitaria por obra del Espíritu parece ser la causa de tal descripción de la historia universal de la Salvación. Es decir, que su experiencia personal de Salvación le hace comprender la res- tauración de todo lo creado. En el tintero queda sin responder la omisión del Espíritu en el credo. La Encarnación del Hijo en las historias de los fieles se pro- duce, en la 2CtaF, por medio del “ Espíritu del Señor ”. Su acción no se describe en María y queda reservada para el centro de la carta. Francisco conoce bien la Escritura y la Tradición sobre el modo en cómo el Espíritu desciende sobre María para encarnar al Verbo 191 . Por lo que su misión hay que comprenderla desde otra perspectiva. La descripción de la acción del Espíritu se reserva para los fie- les que han vivido en penitencia: “Y sobre todos aquellos y aquellas que cumplan estas cosas y perseveren hasta el fin, se posará el Espí- ritu del Señor y hará en ellos habitación y morada”(v.48). Sabemos LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(I) 285 189 Inocencio III en 1215 parece convocar el concilio, entre otros motivos, a causa de las herejías. El símbolo que se impuso a los cátaros y albigenses era cono- cido por Francisco al redactar la 2CtaF de 1221. J. COLLANTES, O.c., nota 41, 496. 190 A ello hay que añadir que el orden de descripción de las misiones trinita- rias no responde al esquema de la teología latina. 191 A la fórmula de fe de Letrán IV, podemos añadir este saludo de Francisco a María: “... y elegida por el santísimo Padre del cielo,/consagrada por Él con su san- tísimo Hijo amado/ y el Espíritu Santo paráclito;” (SalMV 2). J.A. GUERRA, O.c., nota 21, 46.
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