NG200602001
tra humanidad caída: “A continuación oró al Padre, diciendo: Padre, si es posible, que pase de mí este cáliz. Y sudó como gruesas gotas de sangre que corrían hasta la tierra. Puso, sin embargo, su voluntad en la voluntad del Padre, diciendo: Padre, hágase tu voluntad; no se haga como yo quiero, sino como quieres tú” (v.8-10). Esta revelación que recibe Francisco nos muestra el proceso de discernimiento que realiza el Hijo ante la inminencia de su Pasión para comprender la voluntad del Padre: “... el cual, aún siendo Hijo, aprendió, sufriendo, la obediencia” (Hebreos 5,8). En 2CtaF 8-10 Francisco descubre al Hijo en la soledad más absoluta, en el momento en que se siente más apartado del Padre, y en la pérdida radical de todas sus seguridades humanas. En esa noche el Hijo se hace consciente de las consecuencias de su ser hombre y Mesías, por eso la carta lo describe sudando “...como gruesas gotas de san- gre que corrían hasta la tierra” (v.9) antes de entregarse confiada- mente al Padre. Una entrega al estilo del Siervo de Yahveh 184 que le lleva a “ someterse a una muerte y una muerte de cruz ” (Filipenses 2,8) como consecuencia por un lado, de su elección de “ escoger en el mundo la pobreza” (v. 5), y por otro de “ nuestros pecados” (v.11 ). A partir de 2CtaF 11 el descenso se precipita bruscamente hasta llegar al silencio del Verbo; de la Palabra de la Trinidad: “ Y la volun- tad de su Padre fue que su bendito y glorioso Hijo, a quien nos lo entregó y el cual nació por nuestro bien, se ofreciese a sí mismo como sacrificio y hostia, por medio de su propia sangre, en el altar de la cruz” (v.11) . Jesús muere en la Cruz –en la sentencia romana a muerte por sedición– y el madero pasa a ser “...necedad para los que se pierden; mas para los que se salvan –para nosotros– es fuerza de Dios ” (1 Corintios 1,18). Estos versos manifiestan el privilegio de Francisco de llegar a comprender el modo misericordioso en que la Trinidad nos ha sal- vado. Un regalo que le lleva a comprender que el descenso del Hijo se sigue produciendo en la historia a través de la Eucaristía y las “ odoríferas palabras ” del evangelio por obra del Espíritu. LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(I) 283 184 “... se entregó a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes” (Is 53,12). Se describe en los frag- mentos del libro de Isaías: 42, 1-4; 49, 1-6; 50, 4-9; 52, 13; 53, 12.
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