NG200602001
por un hombre que estaba medio muerto a la vera del camino. Y el Hijo es el que adquiere el compromiso de compartir nuestra limita- ción y sufrimientos. En nueve versículos resume Francisco el plan salvador de Dios y su ejecución en la historia. La iniciativa es de toda la Trinidad; la persona del Padre es la fuente de la Encarnación, la del Hijo se constituye en el camino de vuelta de aquellos que viven en la oscu- ridad, y la del Espíritu se convierte en la persona que obra de mane- ra silenciosa en los varones y mujeres de todos los tiempos. De esta manera comprende el “poverello” que ha quedado abierta la puerta de la Redención para todos aquellos y aquellas que se decidan a vivir en penitencia, y además anticipa un modo de integración entre la teología de oriente y occidente 169 . 2.1. La Encarnación del Verbo del Padre El descenso de la Trinidad en la 2CtaF se produce por medio de la Encarnación del Verbo y de la Inhabitación del Espíritu. Hablar de “descenso” supone comprender a la Trinidad como aquella per- fección divina tan distinta de lo creado que no hay contacto alguno entre ambos. Sin embargo, para Francisco, la Encarnación del Hijo es el modo de acercamiento trinitario a nuestra humanidad. Supone un descenso primero a la humanidad caída: “... llegó junto a él [hom- bre], y al verle tuvo compasión” (Lucas 10,33), que le permite optar por la forma de vida de los siervos (Cf.Flp 2,7) y un segundo des- censo a las consecuencias de nuestra situación: “... acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de Él” (Lucas 10, 34) . Ambos descensos impresionan a Francisco a lo largo de su vida y con ellos expresa su fe en el Misterio de la Trinidad. En la carta se describen ambos momentos partiendo del aconteci- miento de la Encarnación del Hijo. Dos descensos: uno a la carne y otro a la cruz, que van a determinar la espiritualidad del escrito. LA CARTA A TODOS LOS FIELES: EL FUNDAMENTO…(I) 279 169 “No hay principio teológico en el cual coincidan tan plenamente Oriente y Occidente como en el principio de que la Encarnación se produjo en orden a la Redención de la humanidad en la cruz”. H.U. VON BALTHASAR, O.c. , nota 99, 143- 233. Sin embargo, en la 2CtaF es la Encarnación la que tiene prioridad ya que sin ella no había posibilidad alguna de ser redimidos.
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