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su interés en asumir de tal manera lo nuestro que nos eleve a la comunión original en la que fuimos creados 164 . Francisco expresa en el fragmento su convicción de que Dios salva misericordiosamente. Es decir que: primero se hace presente por medio de la Encarnación del Verbo en la “fragilidad humana”, en nuestra limitación, nuestro dolor y nuestra muerte 165 ; y segundo, asume las consecuencias de “ nuestros pecados ” redimiéndonos (2CtaF 13) por medio de la muerte del Hijo en la cruz (2CtaF 6-12). La ordenación teológica que hace Francisco sitúa el hecho de la Redención como una consecuencia de la Encarnación y como una necesidad para liberar al hombre del pecado. De esta manera, el peso de la Salvación se pone en el hecho de la Encarnación tal y como defendía la teología de los Padres griegos 166 ; para los que sin la Redención la humanidad seguiría en tinieblas, pero sin la Encar- nación del Verbo no habría posibilidad material de Redención. La teología al plantearse la Encarnación del Hijo parte de la experiencia de la Resurrección de Cristo, ya que en ella se confirma la condición de Jesús como Hijo de Dios (Cf.Lc 24, 34) 167 . Sin embar- go, en esta carta el acontecimiento de la Resurrección no se men- ciona y se da por supuesto. En este escrito Francisco concibe la Encarnación como el hecho salvífico por excelencia del que cobran valor la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesucristo 168 . La Encarnación está contemplada como la compasión de la Trinidad 278 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 164 El significado de la Salvación se encuentra en: Catecismo de la Iglesia Católica (Madrid 1992) 257-260; 2000. 165 La “anâwâh” o fragilidad es la condición de aquellos que lo tienen todo perdido, que están agachados y curvados, cuyo único rescate es Dios. 166 “...(el) Verbo... por amor a los hombres y por la bondad y benignidad de su propio Padre, se nos ha presentado en un cuerpo humano para nuestra salvación”. SAN ATANASIO, O.c., nota 45, 1. La Encarnación es una decisión de Dios en el Verbo que por obra “ del Espíritu Santo y de la santa Virgen nos mostró la conducta de la vida divina”. M. EL CONFESOR, O.c., nota 45, 1. 167 La resurrección es su fuente y sentido pues si Cristo no hubiese resucita- do no le reconoceríamos como Verbo del Padre. 168 La finalidad de la Encarnación está en la benignidad y la bondad de su propio Padre que con ello nos llama a la salvación. “ De dos maneras tuvo nuestro Salvador compasión de nosotros: una parte para que desapareciera de nosotros la muerte [redención], y por otro, aún siendo indiscernible se revela por sus obras que Él era Hijo de Dios [salvación]” . SAN ATANASIO, O.c., nota 45, 1.16.
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