NG200602001

En la Carta, el “altísimo Padre ” establece una relación de “paternidad” con su Verbo, de manera que le convierte en Hijo, y este a su vez le corresponde con la “filiación” impulsado por el Amor; es decir por el Espíritu Santo 160 . Las tres personas no apare- cen descritas en el credo, falta la acción del Espíritu ya que se reser- va para aquellos momentos de la historia en la que los fieles se abran a su acción y entren así a formar parte de la relación que esta- blecen Padre e Hijo 161 . 1.2. La historia de la Salvación Así pues, el contexto en el que Francisco sitúa su credo tiene una diferencia clara con el marco histórico del credo tradicional: en la 2CtaF la acción histórica de cada persona trinitaria (Trinidad Eco- nómica) manifiesta la relación que establece en su intimidad (Trini- dad Inmanente). El fragmento ofrece la posibilidad de descubrir el origen eterno de las personas trinitarias a partir de las misiones que desarrollan en la historia. Esa acción y presencia de Dios convierte la historia de los hombres en la historia de la Salvación 162 . En la redacción del credo parece que Francisco se hubiese fun- dado en las concepciones de los teólogos griegos a la hora de cap- tar el Misterio interno de Dios y su desarrollo histórico. En estos ver- sos prima la misión del Hijo de recuperar la imagen de Dios que 276 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ tantinopla (381): “...en un solo Señor Jesucristo..., nacido del Padre antes de todos los siglos... Y en el Espíritu Santo, que procede del Padre” . J. COLLANTES, O.c., 41, 277.1382 . Esta aportación es algo que Thadée Matura ve en la 2CtaF y que –según él- obliga a revisar la imagen cristológica de Dios en Francisco y redimensionarlo con la trinitaria. T. MATURA, O.c ., nota 94, 371-405. 160 “...el Espíritu Santo procede eternamente del Padre y del Hijo, no como de dos principios, sino como de un solo principio, no por dos espiraciones, sino por una única espiración ” J. COLLANTES, O.c. , nota 41, 502. 161 Francisco es consciente de que todo aquel que se abra a la acción del Espíritu llegará a relacionarse con toda la Trinidad. J. FREYER, O.c. , nota 97, 80-92. Y M. HUBAUT, Cristo, nuestra dicha (Oñati 1990) 79-95; 152-153. 162 Desde la Trinidad Económica accedemos a la Trinidad Inmanente, a tra- vés de: la historia (2CtaF 4-18), la revelación escrita (2CtaF 34-35) y la acción en los hombres (2CtaF 48-53). Nos servimos de las apreciaciones sobre la historia de la Sal- vación de Rahner. K. RAHNER, El Dios trinitario como principio y fundamento tras- cendente de la historia de la salvación, en Mysterium Salutis II/I, (1969) 415-432.

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