NG200602001
3. H ERMENÉUTICA DE LA 2 C TA F El cristianismo es la encarnación histórica de la religión cristia- na a lo largo de estos dos mil años. Cada época tiene sus rasgos y características; pero casualmente la Iglesia del s.XIII puede com- prenderse desde el acontecimiento franciscano. Es decir, que la experiencia espiritual de Francisco y de aquellos que reciben su herencia supone una nueva síntesis del cristianismo; sencilla y ecle- sial. El primer rasgo de esta síntesis viene reflejado en la biografía de Francisco. “Ya cambiado perfectamente en su corazón,..anda un día cerca de la iglesia de San Damián, que estaba casi derruida y abandonada de todos. Entra en ella, guiándole el Espíritu, a orar, se postra suplicante y devoto ante el crucifijo, y, visitado con toques no acostumbrados en el alma, se reconoce luego distinto de cuando había entrado. Y en este trance, la imagen de Cristo crucificado - cosa nunca oída-, desplegando los labios, habla desde el cuadro a Francisco. Llamándolo por su nombre: «Francisco –le dice–, vete, repara mi casa, que, como ves, se viene del todo al suelo». Presa de temblor, Francisco se pasma y como que pierde el sentido por lo que ha oído. Se apronta a obedecer, se reconcentra todo él en la orden recibida” (2 Celano,10). Esta experiencia nos hace comprender la reforma que el franciscanismo realiza en medio de los movimientos cátaros o albigenses. Estas agrupaciones propugnan la pobreza de las instituciones y la santidad subjetiva de los prelados, mientras que Francisco comienza su vida en penitencia por gracia de Dios (Tes 1). La diferencia de Francisco estriba en el seguimiento del Verbo encarnado y en la percepción de las necesidades de los hombres y mujeres de su tiempo. Su implicación con los más pobres y la Igle- sia de su tiempo será el reflejo de la misericordia que Dios ha teni- do con Él y de su conformación íntima con la vida y los sufrimien- tos de Jesucristo crucificado 148 . El segundo dato lo encontramos en el periodo de tiempo en el que va madurando la Carta a los fieles. En esos seis años, que van de 1215 al 1221, Francisco recorre el estilo de vida que Dios le ha 270 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 148 J. MARTÍN VELASCO, Cristianismo y franciscanismo, en SelFranc XIII (1984) 471-490.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz