NG200602001
calipsis y en el evangelio de Juan. Lleno de majestad preside el jui- cio de Dios en los tímpanos y ábsides de las iglesias. Se olvida su humanidad y por ello María y los santos adquieren el papel de mediadores entre la humanidad y un Dios extremadamente hieráti- co. 2.2. E L C ONTEXTO VITAL Francisco había respondido a la cruzada papal viajando a Oriente 138 . Allí contrae algunas enfermedades : -“... estaba enfermo del estómago, del bazo y del hígado, que le hicieron sufrir hasta su muerte; mas en el viaje que emprendió para convertir al Sultán de Egipto, contrajo una gravísima afección a los ojos ” (Leyenda de Perusa, 37). En su ausencia dos vicarios se organizaron para impo- ner sus ideas y encaminar a la Orden a la estabilidad y el estudio 139 . Pasado un tiempo, en 1221, se le pide la redacción de una nueva regla de vida para ser aprobada en el capítulo de Pentecos- tés de ese año. Para entonces Francisco ya no se sentía responsable del grupo y deja su cargo en otras manos, sin embargo los herma- nos lo siguen considerando su guía espiritual. Una vez escrita y rechazada la regla, el santo, para ocultar su amargura, se retira lar- gas temporadas al monte Alvernia 140 . En medio de estos acontecimientos se sitúa nuestra Carta en sus dos ediciones. La predicación de Francisco fue acogida por tantos corazones que se hizo necesaria una pauta espiritual. Muchos habí- an cambiado de vida a raíz de sus contactos con Francisco; y a par- tir de entonces se comprometieron con la Orden de Penitencia en sus mismos hogares y tareas 141 . Y es en medio del relato de la regla “no bulada” y de la experiencia más profunda de intimidad con la 268 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 138 En 1212 fracasó su intento. En 1219 volvió y parece que dialogó con el sultán Melek-el-Kamel (1218-38). En: Guerra, A. 1 Cel 57. Madrid 1975, [6]. La deci- sión de ir nació del capítulo de 1219 en el que se organizaron las misiones entre infieles . O.c., nota 73, 62. 139 O. ENGLEBERT, O.c ., nota 71, 282-301. 140 C. DÍAZ, Ecología y pobreza en Francisco de Asís . (Aranzazu 1986) 41-48. 141 “A todos daba una norma de vida y señalaba con acierto el camino de sal- vación según el estado de cada uno” (1 Cel 37).
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