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256 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ so que lo adoren en espíri- tu y verdad”. v.42 a) “Padre, he manifes- tado tu nombre a los hom- bres que me diste; porque les he dado las palabras que tu me diste, y ellos las han aceptado y han conoci- do que salí de ti...” v.43-44 “Yo ruego por ellos; no por el mundo,/sino por los que me diste, porque son tuyos y todas mis cosas son tuyas.” v.45.52.53 “Padre santo, guarda en tu nombre a los que me diste, para que ellos sean uno, como también lo somos nosotros.” “No ruego sólo por estos, sino por aquellos que han de creer en mí por su palabra, para que sean consumados en la unidad, y conozca el mundo que tú me enviaste y los amaste, como me amaste a mí.” v.55 “Padre, quiero que los que tú me entregaste estén también donde yo estoy para que contemplen mi gloria en tu reino. Amén”. v.56b-58a. “Padre santo, guarda en tu nombre a los que me diste. Padre, todos los que me diste en el mundo, tuyos eran y me los diste a mí. Y las palabras que me diste, a ellos se las di; y ellos las recibieron, y conocieron verdaderamente que de ti salí y creyeron que tú me enviaste;” v. 58b. “...ruego por ellos y no por el mundo; bendíce- los y conságralos”. v.59. ”Y quiero, Padre, que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria en tu reino”. v. 60. “Y quiero, Padre, que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria en tu reino”. mí. Y las palabras que me diste, a ellos se las di; y ellos las recibieron y creye- ron verdaderamente que salí de ti y conocieron que tú me enviaste.” v.1,16 “Ruego por ellos y no por el mundo.” v.1,18b). “No ruego sola- mente por ellos, sino por los que han de creer en mí por su palabra, para que sean consagrados en la uni- dad, como también nos- otros”. v.1,19 “Y quiero, Padre, que donde yo estoy, tam- bién ellos estén conmigo, para que vean mi gloria en tu reino. Amén.

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