NG200602001
tuyos eran y me los diste a mí 64 . 58 Y las palabras que me diste, a ellos se las di; y ellos las recibieron, y conocieron verdaderamente que de ti salí y creyeron que tú me enviaste 65 ; ruego por ellos y no por el mundo 66 ; bendícelos y conságralos 67 . 59 También yo me con- sagro por ellos, para que ellos sean consagrados 68 en la unidad, como nosotros somos uno 69 . Y quiero, Padre, que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria 70 en tu reino 71 . 61 A quien tanto ha soportado por nosotros, tantos bienes nos ha traído y nos ha de traer en el futuro, toda criatura, del cielo, de la tierra, del mar y de los abismos, rinda como a Dios alabanza, glo- ria, honor y bendición 72 ; 62 porque Él es nuestra fuerza y fortaleza, el solo bueno, el solo altísimo, el solo omnipotente, admirable, glo- rioso, y el solo santo, laudable y bendito por los infinitos siglos de los siglos. Amén. 3. L OS QUE NO HACEN PENITENCIA 63 Pero, en cambio, todos aquellos que no llevan vida en peni- tencia ni reciben el cuerpo y la sangre de nuestro Señor Jesucristo; 64 y que ponen por obra vicios y pecados; y que caminan tras la mala concupiscencia y los malos deseos y no guardan lo que prometie- ron; 65 y que sirven corporalmente al mundo con los deseos carna- les, con los cuidados y afanes de este siglo, y con las preocupacio- 242 MANUEL ROMERO JIMÉNEZ 58 Cf. Mateo 12,50. 59 Cf. Mateo 12,50. 60 Cf. 1ª Corintios 6,20. 61 Cf. Mateo 5,16. 62 Cf. Juan 10,15. 63 Juan 17,11. 64 Juan 17,6. 65 Juan 17,8. 66 Cf. Juan 17,9. 67 Juan 17,17. 68 Juan 17,19. 69 Juan 17,11. 70 Juan 17,24. 71 Mateo 20,21. 72 Cf. Apocalipsis 5,13.
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