NG200601004
En el primer párrafo veremos cómo toma pie la metáfora de la mente como espejo de la naturaleza que refleja de manera fiel el mundo externo y, por consiguiente, cómo la idea de un espejo de la mente lleva a una inevitable forma de dualismo. En el segundo y en el tercer párrafo trataré de reconstruir en forma diacrónica el empleo del término en cuestión refiriéndome especialmente tanto a la filosofía griega, en la que cada forma de dualismo estuvo ausente, como al pensamiento cristiano, y de modo particular a san Pablo y a san Buenaventura, que emplea la expre- sión speculum mentis dándole un sentido nuevo y original, diferen- te de aquel verificable dentro del Nuevo Testamento y de la Patrís- tica. El cuarto párrafo estaba pensado principalmente para los lecto- res de habla italiana, y precisa la semántica del término español espejo, haciendo luz sobre las diversidades existentes entre el italia- no y el castellano; con algunos ejemplos tomados por la poética de Don Miguel, nos detendremos en particular sobre la relación entre el espejo y la blancura. En el quinto párrafo se enfrenta el nudo central de la cuestión. Expondré los modos del conocer según Unamuno, y se verá cómo a través del lleno reconocimiento de nosotros mismos se llega al conocimiento del mundo y al de la realidad divina y salvadora de Cristo. Cuando se extravía la imagen del sí y no hay reconocimiento, cuando la imagen que los otros se hacen de nosotros no refleja la idea que nos hemos hecho de nosotros mismos, se entra en la tra- gedia, y el espejo representa la nada, la mirada de la Esfinge que es la muerte. “[…] y quedó fría, con el alma muerta en los ojos petrificados”. El Dios Pavor , 1892. I Hace casi treinta años salió por los tipos de la Universidad de Princeton, de la pluma de uno de los más importantes exponentes de la filosofía norteamericana, un libro que señaló la definitiva rup- 174 SANDRO BORZONI
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