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c. En todos existe sacrificio de animales (gallos por lo general), y los espíritus se manifiestan en el brujo (y otros participan- tes) por medio de la danza y la música. También aquí con elementos comunes a todos los países: tres tambores, las maracas, y a veces el acordeón, la marimba y la campana (para llamar a los espíritus). 3.1. E L A LTAR D OMINICANO Los altares dominicanos, esencia de su religiosidad, pertenecen siempre a particulares. Podemos dividirlos en tres tipos: el altar casero, el altar de difuntos y el altar de Brujería. 3.1.1. El altar casero o altar campesino típico Es costumbre habitual que casi todas las casas rurales domini- canas tengan un pequeño altar para su culto privado. Este altar es humilde y consta de muy pocos elementos: tres o cuatro imágenes (Virgen de la Altagracia, Santiago Apóstol, la Dolorosa, San Anto- nio...) unas velas, agua bendita, tabaco y a veces algunas oraciones impresas. Este altar es de alguna manera el protector de la vivienda, en él pueden realizarse algunas oraciones, promesas, o ritos variados. Es muy numeroso en las zonas rurales, aunque también se da, en menor medida, en las urbes. 3.1.2. El altar de difuntos: Distinguimos dos subtipos: a. El altar de acompañamiento : que se instala en la casa del fallecido con el cuerpo presente. b. El altar de los 9 días : Es el mismo que el de acompañamien- to pero profusamente adornado y más grande. Mientras los 146 JOSÉ IGNACIO URQUIJO VALDIVIESO

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