NG200601003

– Otra característica es que manifiestan sus poderes en cere- monias rituales, tras su invocación, en individuos que entran en trance, lo mismo ya iniciados (los bokós), como en sim- ples participantes. – Una vez que han penetrado en el sujeto, suplantan totalmen- te su personalidad, actuando por su medio con sus caracte- rísticas de luases. – Su forma de tomar posesión es, según aquellos que la han vivido, como una gran fuerza que penetra desde los pies y estalla en la cabeza. – Proporcionan energías inagotables y generan prodigios diversos. – Generalmente, dejan al individuo, una vez que lo abando- nan, sin conciencia de lo que ha sucedido. Aunque, a veces, recuerdan algo vagamente. – Sirven tanto para la magia blanca como negra, depende no tanto del poder del luá, como del uso que el bokó quiera darle a su manifestación. En ningún altar dominicano faltará nunca la imagen de la Vir- gen de la Altagracia, patrona del país, a la cual se tiene una devo- ción inmensa, que yo sepa cuando se la invoca se hace por ella misma, puede que no haya ningún luá detrás, aunque no se puede afirmar con seguridad. Tanto las estampas como las oraciones impresas son “bautiza- das” con agua bendita para que aumenten su poder. m. Oraciones impresas Existen más de cien oraciones diversas, utilizadas en la religio- sidad popular dominicana. Muchas de ellas son heterodoxas y se uti- lizan para la brujería, otras son bien antiguas, en algún caso en latín macarrónico, provienen de antiguas evangelizaciones y han sido conservadas oralmente por la cultura popular. 156 JOSÉ IGNACIO URQUIJO VALDIVIESO

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