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la historicidad. Todos estos temas tendrían relación con los actos humanos; pero tampoco se trata aquí de una ética ni de una antro- pología, sino más bien de una existencia compleja y enigmática, para la que sería difícil establecer normas 8 . A continuación de estos cursos, Heidegger se ocupó repetida- mente de Aristóteles y en particular de la Ética a Nicómaco . ¿Depen- de de ella esta visión heideggeriana de la existencia? ¿O ve, más bien Heidegger en Aristóteles unas ideas a las que ya había llegado por otros caminos? No se podría dar una respuesta rotunda y en una sola dirección. Pero pensamos que, sobre todo, Heidegger ve también en Aristóteles ideas a las que ya había llegado por otras vías. Había lle- gado a la fenomenología, a una existencia histórica en el mundo de la vida. Estas ideas se encuentran ya en Heidegger en 1919; y de Aristóteles se ocupó luego en las clases a partir de 1921. Y lo hace desde la fenomenología y la hermenéutica, como indican claramen- te los títulos: Interpretaciones fenomenológicas sobre Aristóteles. Indicación de la situación hermenéutica. Parece, más bien que Hei- degger vio en Aristóteles una confirmación acerca del saber o de la experiencia global en el mundo de la vida, como vio más tarde apoyo en Kant o en Nietzsche. Que el saber global, general, no apodíctico, que Aristóteles afir- ma desde las primeras páginas de la Ética a Nicómaco; que las deli- beraciones acerca del bien, de la felicidad o de la virtud, que van a parar a la decisión mediante la prudencia en el momento oportuno ( kairov" ) pudieran ofrecerle a Heidegger una confirmación de sus ideas, parece obvio. En fin de cuentas, en la Ética, Aristóteles habla de eso, del mundo de la vida; y lo hace de manera aguda y profun- da. Que Heidegger viera en el fondo de esta reflexión ideas feno- menológico-hermenéuticas implícitas, que inducían a hacer de Aris- tóteles una interpretación fenomenológica, también parece natural. Y que también las ideas de Aristóteles, no sólo de su Ética, además de una confirmación, le dieran nuevas sugerencias a Heidegger, lle- vándolo sobre todo a centrarse más en el tema del ser, también parece un hecho. Pero querer ver en la ética aristotélica la fuente de inspiración de las ideas heideggerianas acerca de la existencia histó- HEIDEGGER Y LA ÉTICA 113 8 Cf. M. BERCIANO, Heidegger: Interpretación fenomenológica de Agustín, Confesiones, libro X, en Cuadernos salmantinos de filosofía 25 (1998) 251-271.

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