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Partiendo de esta perspectiva, Marx se pregunta si hay en los escritos de Heidegger alguna norma ética que corresponda a estas ideas y que permita construir una ética acerca de las relaciones con el prójimo. Su respuesta es negativa. No habría una norma clara ni explícita; ni se podría ver tampoco en conceptos fundamentales, como los de Ge-stell, Geviert, Ereignis, en los que hay siempre una mezcla de oscuridad y de error. A esto habría que añadir que la libertad humana en este contexto heideggeriano sería problemática, ya que parece perderse en el evento como destino. Kettering, comentando este libro de Marx, muestra aprecio por él y lo considera como uno de los mejores intentos de ampliar el pensamiento de un autor a cuestiones que dejó sin tratar. Pero no comparte sus resultados tan negativos. El concepto de verdad en Heidegger no es claro ni unívoco; pero Heidegger sí cree que se van arrebatando parcelas a la ocultación y que se puede construir algo. Y respecto a la norma o medida, también se daría en algún caso. Comentando a Hölderlin, Heidegger dice que la norma para el poeta no es ni sólo el Dios, ni el cielo, ni la manifestación del cielo, sino que la norma o medida ( Mass ) consiste “en el modo como el Dios que permanece oculto se manifiesta a través del cielo”. Aquí se daría una norma que se funda en una verdad que acaece en medio de la ocultación. Es la desocultación la que hace descubrir la ocultación, sin que ésta sea eliminada. Werner Marx, en cambio, no vería aquí sino una medida transcendente, en sentido tradicional 37 . Pero el comentario de Heidegger a Hölderlin tendría, según Kettering, algo mucho más importante. El “poetizar” ( Dichten ) es para Heidegger un medir ( Messen ) peculiar; es un tomar medida ( Mass-nahme ) en el que no se lee una norma existente ( Massstab ), sino en el que se recibe entonces la norma ( Mass ). El medir del que trata aquí Heidegger es sólo medir la esencia del hombre como tal; no se trata de una norma ética para un obrar responsable. Este obrar y las normas éticas que se refieren a él, dependen ya de una idea precedente de la esencia humana. Y añade Kettering que el modo 128 MODESTO BERCIANO 37 E. KETTERING, Nähe, o.c., 374-375; cf. M. HEIDEGGER, “ …d ichterisch wohnet der Mensch,… “, en Dithey Jahrbuch 6 (1989 201. 38 E. KETTERING, Ib., 375-376.

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