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Heidegger admite la penuria de la situación. Pero cree que esta penuria no nos exime de pensar el ser, ya que de ello depende tam- bién la verdad del ente. La ética se ha puesto y se quiere poner en relación con una ontología. Heidegger dice que antes de hablar de la relación entre ambas hay que preguntarse qué son una y otra; y si lo que se entiende por tales es conforme a aquello que se le con- fía al pensar: La verdad del ser. Si la ontología y la ética, así como, en general, el pensar estructurado en disciplinas fuese caduco, ¿qué habría que decir sobre la relación entre ontología y ética? 23 . A continuación, se refiere Heidegger a la ética y al contexto de ideas en el que surge: “La ‘ética’, junto con la ‘lógica’ y la ‘física’ apa- recen por primera vez en la escuela de Platón. Estas disciplinas sur- gen en el tiempo en que el pensar se deja convertir en ‘filosofía’, la filosofía en ejpisthvmh (ciencia) y la misma ciencia en una cues- tión de escuela y del movimiento de escuela. En el paso a través de la filosofía así entendida, surge la ciencia y desaparece el pensar” 24 . Heidegger cree que en un principio hubo un pensar auténtico y que con Platón y Aristóteles el pensar se convirtió en “filosofía”, como técnica de explicación por las causas. La ética pertenecería a la filosofía así entendida. Y Heidegger se refiere al tiempo del pen- sar, de los primeros filósofos: “Los pensadores antes de este tiempo no conocen ni una lógica, ni una ética, ni una física. Y sin embar- go, su pensar no es ni ilógico ni inmoral. Y la física la pensaron con una profundidad y amplitud que no ha vuelto a poder alcanzar nin- guna física posterior. Las tragedias de Sófocles, en caso de que se permita tal comparación, encierran en su decir el hj~qo" de mane- ra más originaria que las lecciones de Aristóteles sobre ‘ética’. Un dicho de Heráclito que consta sólo de tres palabras, dice algo tan sencillo que a partir de ello sale a la luz de modo inmediato la esen- cia del ethos ” 25 . Precisamente la interpretación que hace Heidegger de este frag- mento de Heráclito nos muestra el fondo sobre el que hace las refle- xiones anteriores: “La sentencia de Heráclito ( Fragm. 119) dice así: HEIDEGGER Y LA ÉTICA 121 23 Ib., 353-354 24 Ib., 354. 25 Ib ., 354.

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