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hacían bandera de un conflicto personal entre ciencia y fe 54 ; inclu- so su seguidor en América, Asa Grey, vio en la teoría del británico un argumento de la teodicea, pues la unificación de su teoría apun- taba y muestra la necesidad de Una Mente (Dios), más que las inter- pretaciones poligenistas 55 . Como afirma Amos Funkenstein, Galileo, Descartes, Leibniz, Newton, Hobbes y Vico, ninguno era clérigo y, sin embargo, no tenían inconveniente, al contrario, de conocer los asuntos de la divinidad realizando, incluso, una teología secular en CIENCIA Y RELIGIÓN: ¿ES POSIBLE EL DIÁLOGO?… 549 54 Ni Galileo, ni Darwin, concebían sus investigaciones como negación de la fe cristiana. El “caso Galileo” tiene que ver, más bien, con la adopción deliberada de una posición epistemológica por parte del científico que, por una parte, con dema- siada frecuencia, olvidaba la comprobación científica en aras a un pensamiento deductivo-matemático y, por otra, su crítica al modo como se estaba aplicando el método hipotético-deductivo del gran maestro de la ciencia de la época: Aristóteles. Como señala J. Losee respecto de lo primero: “La polémica antiaristotélica de Gali- leo no iba dirigida contra el método inductivo-deductivo de Aristóteles... iban diri- gidas contra los practicantes de un falso aristotelismo” (J. L OSEE , O. c. , 64). Continúa diciendo, en cuanto a lo segundo, que: “A pesar de sus descripciones de experimen- tos supuestamente realizados, sin embargo, el apego de Galileo a la confirmación experimental no fue completo. Hay casos en los que desprecia la prueba experimen- tal que parece ir en contra de sus teorías... Además, hay un caso en el que Galileo dio cuenta de haber confirmado una ley en un ámbito para el cual la ley no se man- tiene. Proclamó haber observado que el período de un péndulo es independiente de la amplitud de su oscilación hasta ángulos de 80 grados a partir de la perpendi- cular. Pero el período de un péndulo es independiente de su amplitud sólo para des- plazamientos pequeños de la perpendicular. Se debe concluir que, o bien Galileo no se molestó en experimentar con oscilaciones de amplios ángulos, o bien que sus observaciones fueron extremadamente descuidadas... Galileo sostuvo el ideal de Arquímedes de la sistematización deductiva” ( Ib. 67; 69). Sobre el caso Galileo, cf. M. A RTIGAS , Ciencia, razón y fe (Madrid 4 1992) 15-36; P. P OUPARD (dir.), Galileo Gali- lei. 350 ans d’histoire (Tournai 1983); W. B RANDMÜLLER , Galileo y la Iglesia (Madrid 1987). En cuanto a la problemática introducida con Darwin, sus palabras parecen atestiguar sus convencimientos religiosos cuando afirma: “Autores eminentísimos parecen estar completamente satisfechos con la teoría de que cada especie ha sido creada independientemente. A mi juicio, se aviene mejor con lo que conocemos de las leyes impresas en la materia por el Creador, el que la producción y la extinción de los habitantes presentes y pasados del mundo sean debidas a causas secunda- rias... Hay grandeza en esta concepción de que la vida con sus diferentes facultades, fue originalmente alentada por el Creador en unas cuantas formas o en una sola” [C H . D ARWIN , El origen de las especies (Madrid 1970) 479-480]. 55 Cf. A. G REY , The Elements of Botany for Beginners and Schools (New York 1887) 177. Cf. J. H EDLEY B ROOK , O. c. , 155.

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