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altura intelectual a través de los siglos. La teología judía contempo- ránea ha sabido tratar las cuestiones tradicionales y afrontar nuevos retos, muy beneficiada con la obra de los grandes pensadores filo- sóficos y de otras ramas de origen judío 38 . Centrándonos un poco más en lo que mejor conocemos, vemos en la religión cristiana la utilización de una metodología que se apoya en hechos (datos y fuentes) que son interpretados y sistema- tizados 39 . En su intento sistematizador, la teología sufre las dudas metodológicas propias de los avatares de la epistemología y la meta- física en los últimos siglos, con los que mantiene un permanente diálogo. Podemos hablar de este modo, y centrándonos en el siglo XX, de teología dialéctica, existencial, hermenéutica, de la cultura, de la secularización, de la historia, de la esperanza, política, de la liberación, negra, feminista 40 ... Lógicamente el método teológico, como el científico, no es un conjunto de reglas cerradas, sino que en él intervienen, también, circunstancias socio-históricas, que favo- recen su creatividad y retroalimentación. Por lo que la intervención de la ciencia en la religión, no sólo desvanece la sombra del dog- matismo, sino que una teología con método seguro (es decir, con un método que se enriquece) es el mejor antídoto del fundamentalis- mo. Pues, como hemos visto al hablar de las religiones en la cien- cia, el fundamentalismo y el dogma no nacen de un conjunto de axiomas (o dogmas), sino del inmovilismo metodológico (en aquel caso el originado en no pocas ocasiones por el empirismo a ultran- za). La riqueza de la metodología, sobre todo en el ámbito cristia- no, es reconocible en la profundidad y variedad de campos estudia- dos, desde la teología fundamental, pasando por el derecho y ¡cómo 544 MANUEL LÁZARO PULIDO 38 Cf. Théologie , en S. A. G OLDBER (dir. edición francesa), Dictionnaire ency- clopédique du Judaïsme (Paris 1996) 1006-1012. [Edición original: G. W IGODER (dir.), The Encyclopedia of Judaism (Jerusalem 1989)]. 39 Siguiendo al citado Lonergan, podemos enumerar, al menos, ocho tareas propias de la metodología teológica: la investigación, la interpretación, la historia, la dialéctica, la explicitación de los fundamentos, el establecimiento de las doctrinas, la sistematización y la comunicación. Esta es la columna vertebral de la metodolo- gía y del libro sobre el método del autor. B. L ONERGAN , O. c.. 40 Enunciamos a título de ejemplo los enunciados de los capítulos del traba- jo de R. G IBELLINI , La teología del siglo XX (Santander 1998).

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