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para el desarrollo teórico de la misma ciencia. Quisiera citar un artí- culo reciente del profesor de la Universidad de Oxford, John Hedley Brook, quien sugiere como conclusión, a partir de una buena mues- tra de ejemplos de historia de la ciencia y bajo la inspiración de Ian Hacking, “que la recurrencia del lenguaje religioso en la articulación de la unidad de la naturaleza apoya a aquellos que ponen énfasis las categorías estéticas y existenciales en la construcción de las ciencias naturales” 32 . La utilización de metáforas no ha sido muy al gusto de la literatura normativa sobre la ciencia, que ha visto en su bondad didác- tica, peligro en interpretar falsamente su utilización con una descrip- ción de la realidad; sin embargo, las interpretaciones y concepciones de la ciencia y su práctica de las que venimos hablando, han logrado que haya variado sustantivamente, la percepción de su uso, muy liga- do a la función lingüístico-cognitiva del proceso de racionalización. Además de los mecanismos cognitivo-lingüísticos de la utilización del la metáfora, cabe preguntarse, también, sobre el mecanismo del hom- bre en su utilización y de su uso manipulador, en una cierta divulga- ción de la bonanza científica. De este modo, la metáfora científica en un uso social indiscriminado, se esgrime como arma de marketing que se va instalando en el inconsciente colectivo; por ejemplo, la metáfora del ordenador para hablar del cerebro, que obvia, desde la más grosera identificación entre inteligencia y cerebro, el resto de las funciones cerebrales implicadas Hablar de fe en la ciencia sugiere varios aspectos. Para Haber- mas hay fe en la ciencia cuando reducimos la posibilidad del cono- cimiento a la epistemología de la ciencia, es decir, en el cientificis- mo 33 . Pero ya hemos visto los límites de esta perspectiva. 540 MANUEL LÁZARO PULIDO 32 J. H EDLEY B ROOK , Ciencia, religión y unificación de la naturaleza , en Pen- samiento 61 (2005) 155. Ian Hacking había advertido que el sentimiento de admira- ción y estético es crucial para la vida científica completando la fórmula “un mundo, una realidad, una verdad”. Cf. I. H ACKING , The Disunities of the Sciences , en P. G ALLI - SON y D. J. S TUMP (eds.), The Disunity of Science (Stanford 1996) 109-135, citado en J. H EDLEY B ROOK , O. c. , 149. 33 Para el filósofo alemán, el cientificismo o cientifismo es “la fe de la cien- cia en sí mismo, o dicho de otra manera, el convencimiento de que ya no se puede entender la ciencia como una forma de conocimiento posible, sino que debemos identificar el conocimiento con la ciencia” (J. H ABERMAS , Conocimiento e interés (Madrid 21986) 13). El término aparece en la literatura filosófica en la obra del pre- mio Nóbel en economía y sociólogo austriaco F. A. VON H AYEK , The Counter-Revolu-

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