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lectual y vital logró sembrar esa semilla que ha de germinar con la continuidad creadora que él soñó. Para poner fin a esta hermosa y honrosa tarea de recorrer y revivir la senda que abrió y transitó con gozo el profesor Rivera de Ventosa, en las páginas de la revista Naturaleza y Gracia , desde la primera búsqueda de una sabiduría cristiana hasta la esencia misma del franciscanismo, quiero citar sus propias palabras, que recogen con hondo sentimiento la inmensa tarea intelectual y humana que realizó y nos dan una perfecta visión de su fecundo pensamiento, que ha dejado una profunda huella en cuantos de él hemos apren- dido y que nos invitan, con la acostumbrada ternura de su trato siempre afable, a proseguir su senda y a hacer realidad esa continui- dad que merece. El profesor Rivera de Ventosa, al concluir su auto- biografía intelectual, dice estas proféticas palabras: “Y ahora, al ter- minar de exponer mi “ forma mentis et vitae ”, según mi promesa, no se me ocurre nada mejor que hacer míos los delicados versos de Amado Nervo, tanto en lo que tienen de historia como en lo que tienen de programa : Finé mi humilde siembra; las mieses en las eras empiezan a dar fruto de amor y caridad... ” 92 . P ABLO G ARCÍA C ASTILLO Universidad de Salamanca 524 PABLO GARCÍA CASTILLO 92 E. Rivera de Ventosa, “Autopercepción intelectual...”, O. c. p. 37.
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