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xiones sobre el tema. A modo se síntesis de su contenido, digamos que son estudios que se ocupan del pensamiento español de los siglos XVII al XX, con especial atención al carácter universalista de la cultura española en América, sin olvidar tampoco estudios de pensadores concretos, algunos de los cuales ejercieron una perma- nente atracción en su larga trayectoria de investigador del hispanis- mo, por ejemplo, Unamuno y Zubiri, así como Fernando Rielo, autor que le cautivó durante los últimos años de su vida, sobre el que se hallaba escribiendo un largo ensayo, cuando le sobrevino la muer- te, y al que dedicó su última colaboración en el Seminario. Creo que la sola mención de los temas de estas ponencias da una idea clara de la amplitud de su hispanismo en las dos últimas décadas de su vida. De ellas, como de todos sus estudios americanistas, se des- prende, su irrefrenable pasión por poner de relieve que todos los que pertenecemos al mundo cultural iberoamericano tenemos un compromiso con el programa de la herencia espiritual del cordial entendimiento universal. Limitándonos a señalar los aspectos más destacados de esta dedicación, de acuerdo con el profesor Heredia, podemos decir que los temas preferentes de su estudio han sido la filosofía de la reli- gión, la filosofía moral, jurídica y política y la filosofía de la historia y de la cultura. En cuanto a los autores a los que más atención ha prestado, además de los tres clásicos del siglo XX, cabe destacar a Séneca, Luis Vives, Fray Luis de León, Fray Juan de los Ángeles, Vitoria, Vives, Suárez, Balmes, Menéndez Pelayo, Amor Ruibal, Tier- no Galbán y Fernando Rielo. Y respecto al método o modelo de acercamiento utilizado por el profesor Rivera de Ventosa, hemos de observar que es el mismo con que se enfrentó a todos los grandes sistemas filosóficos y a los más humildes temas franciscanos, un modelo hermenéutico que establece siempre un diálogo crítico y fecundo entre autores y tradiciones, entre autores antiguos y actua- les, entre cristianos, luteranos, ateos y agnósticos. Siempre se acer- có a los problemas con espíritu abierto y con el afán de arrojar algu- na luz sobre la actualidad de la sociedad humana y de los hombres de su tiempo. Su compromiso cristiano y franciscano siempre fue su divisa, pero jamás cayó en el dogmatismo, sino que, como autor de tantas lecturas, dotado de una asombrosa capacidad de compren- sión de las doctrinas más alejadas de su horizonte intelectual y reli- ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA EN “NATURALEZA Y GRACIA” … 505

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