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contemplación de la obra de sus manos. He aquí las hermosas pala- bras del doctor seráfico, que comenta el profesor Rivera de Vento- sa: “Con relación a Dios es esta ocasión breve. Pero sumamente exi- gente e insinuativa. Después de recordar la invitación de Jesús: “ Venite ad me omnes qui laboratis... ”, la comenta con esta exhorta- ción: “Despiértate ente la maravilla de tanta bondad, al contacto de semejante dulzura, a la fragancia de tanta suavidad...; que el ardor de tu amado te inflame, que su amor te dilate, que su suavidad te embriague, y que nadie te prohíba entrar, poseerlo, gustarlo”. La mente, fija en Dios, halla en Él descanso en los trabajos, consuelo en el dolor, alegría en la tristeza. A condición de que el alma “en todas sus ocupaciones, de día y de noche, en todo instante y en toda hora, tenga a Dios presente en la memoria” 56 . Hermoso programa franciscano que percibe y goza la hermosu- ra y la gracia que la bondad divina ha derramado sin límites en la naturaleza y el alma de los hombres. Y, recuerdo constante de los libros sapienciales y de la subida mística del alma, que ha de gustar y ver cuán bueno es el Señor y ha de querer volar hasta contemplar el rostro mismo del amante, que lleva en sus entrañas dibujado. Una carta de San Buenaventura, que le permite al profesor Rivera de Ventosa, extraer el sublime aroma de la dialéctica y de la mística de su vocación franciscana. En un amplio comentario de la obra del doctor seráfico, el pro- fesor Rivera de Ventosa, dedica la segunda parte de su artículo a glo- sar el itinerario del alma hacia Dios, tal como lo expone aquél, en tres momentos de plenitud de su vida, el primero, tiene lugar cuan- do se retira al monte Alvernia para meditar, el segundo, acaece cuando acepta la responsabilidad de conducir la nave de la Orden franciscana y el tercer momento de plenitud coincide con la crisis del averroísmo latino, en 1270, cuando San Buenaventura proclama, frente al primer intento de secularización, los eternos caminos de la sabiduría cristiana. En cuanto al primer momento de plenitud, el profesor Rivera de Ventosa, destaca que San Buenaventura, en su reflexión y visión mística sobre la transformación de San Francisco en el monte Alver- ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA EN “NATURALEZA Y GRACIA” … 493 56 E. Rivera de Ventosa, “San Buenaventura desde dentro”, O.c., p. 237.
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