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Buenaventura cuando añade en el mismo lugar, a continuación del principio anterior: Summa autem diffusio non potest esse nisi actua- lis et intrinseca... liberalis et necessaria . El “Bien” difusivo, el “Bien” que transmuta su tendencia a la difusión del Amor liberal: he aquí la clave de la interpretación de la teología trinitaria en los escolásti- cos que adoptaron la corriente de la teología griega” 54 . El análisis nuclear del artículo viene a continuación, cuando el profesor Rivera de Ventosa analiza pormenorizadamente las finas disquisiciones de San Buenaventura sobre la relación de primacía entre el ser y el bien, entre el entendimiento y la voluntad, tal como se dan en la misma esencia divina. Hay un rigor máximo en la deter- minación de la autonomía de la voluntad frente a cualquier propues- ta del entendimiento y, además, queda patente la gran aportación de la tesis del profesor Rivera de Ventosa, que no es otra que la afirma- ción del voluntarismo metafísico de San Buenaventura, basado en la idea de Bien. Una idea que es la raíz, tanto de las comunicaciones divinas ad intra , en el misterio de la comunión trinitaria, y ad extra , en la creación por amor de todos los seres, a los que comunica su bondad. Este largo comentario de innumerables textos de San Bue- naventura se plantea algunas preguntas que constituyen el plantea- miento esencial del voluntarismo metafísico. Así es fundamental pre- guntarse cómo concibe San Buenaventura la esencia metafísica de Dios, si lo hace en función de la idea de Ser o de la idea de Bien. Una vez resuelta esta duda, ha de plantearse qué influjo tienen res- pectivamente, tanto el Ser como el Bien, en el dinamismo íntimo de la vida divina, para concluir con la respuesta a la cuestión sobre el significado de esta concepción metafísica en la explicación teológi- ca del misterio trinitario. Cuestiones de difícil tratamiento metafísico y teológico, que hallan una explicación razonada en los reflexivos comentarios que el profesor Rivera de Ventosa lleva a cabo de abun- dantes textos de San Buenaventura. La respuesta a estas cuestiones puede resumirse en unas cuan- tas proposiciones que podrían expresar con precisión su tesis. El profesor Rivera de Ventosa concluye, primero, que el ser es, según el doctor seráfico, perfección sustancial de la esencia divina, su nombre primero y propio, siendo, por tanto, el verdadero constitu- 490 PABLO GARCÍA CASTILLO 54 Ib. , p. 21.

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