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Buenaventura, comparte la conocida tesis del cardenal Ehrle de la existencia de un agustinismo filosófico medieval, cuyo máximo representante fue el doctor franciscano San Buenaventura. Precisa- mente la negación de esta tesis fue uno de los puntos de su polé- mica con el prestigioso medievalista Van Steenberghen 48 , frente al cual siempre sostuvo la importancia de San Agustín como fundador de la filosofía cristiana medieval y como iniciador de la interpreta- ción cristiana de la filosofía de la historia. S AN B UENAVENTURA Pero, por encima de esta notable dedicación y valiosa aprecia- ción del pensamiento platónico y cristiano de San Agustín, el profe- sor Rivera de Ventosa tuvo dos autores predilectos, ambos pertene- cientes a la escuela franciscana, que, para los especialistas, es la escuela fundamental de la filosofía medieval. Estos dos doctores franciscanos son San Buenaventura y Juan Duns Escoto. A ellos dedicó lo mejor de su investigación filosófica. Tal vez pueda pensar- se que, siendo franciscano y sintiendo una marcada inclinación por el amor, como motor de la vida y de la historia, el profesor Rivera se sintió irremediablemente atraído hacia estos autores. Él mismo contestó a esta falsa interpretación con palabras muy elocuentes: “Como franciscano, dice, me siento inserto en su espíritu, aunque no asido a la letra de sus múltiples opiniones, para mí siempre discuti- bles. Esta inserción me obliga a denunciar a cuantos, con una inten- ción u otra, se empeñan en ver en esta escuela un culto a la afecti- vidad, al margen casi de todo rigor intelectual. Siento satisfacción de poder declarar aquí, después de medio siglo de convivencia con esta escuela, que no hay una tendencia dentro del pensamiento cris- tiano que manifieste más confianza en la razón que la de los docto- res franciscanos” 49 . 486 PABLO GARCÍA CASTILLO 48 Véase la crítica del profesor Rivera de Ventosa a este y otros puntos de la obra de Van Steenberghen sobre la filosofía del siglo XIII, en E. Rivera de Ventosa, “Hacia una interpretación de las grandes síntesis doctrinales del pensamiento cristia- no”, Salmanticensis 18 (1971) 313-350. 49 E. Rivera de Ventosa, “Autopercepción intelectual de un proceso históri- co”, Anthropos, O.c., p. 24.

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