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enraíza en el suelo espacio-temporal de la historia, y con ella y en ella, y por y para ella, a veces, vivimos y morimos; y la Muerte , la necesaria e inevitable muerte física, que nos fija y nos re-crea. Una- muno abordó estos tres temas con tal constancia, fuerza, método e inspiración, que bien vale la pena dedicarle un poco de nuestro esfuerzo y atención 2 . 2. APUNTE BIOGRÁFICO Esos temas fueron tratados por Unamuno a lo largo de su vida, principalmente y de forma muy peculiar a partir de su grande y compleja crisis religiosa y personal de 1897. Pero nosotros fijaremos la atención principalmente en el “último” Unamuno. Con esta expre- sión y aquella fecha estamos suponiendo que en la vida y obra de don Miguel, siendo una de principio a fin (lo que ha de tenerse en cuenta en toda biografía), podemos distinguir sin embargo, apoya- dos en hechos significativos, diversas etapas o fases. En cada una de ellas los temas mencionados adquieren aspectos y tonos peculia- res. Aquí, como decimos, nos interesa el tono y el aspecto que esas cuestiones tomaron en el “último” Unamuno, tiempo y circunstancia en que tuvo más clara conciencia de estar cumpliendo “obra de renovación” 3 . Si hablamos por tanto de un “último” Unamuno, es que pensamos que hay un primero, un segundo, etc., etc. No todos los autores reconocen explícitamente las mismas etapas. Hay quie- nes hablan de dos, quienes de tres o más… Me parece que apuran- do las fechas es posible distinguir cinco. Veámoslo. 2.1. P RIMERA ETAPA (1864-1880) Es la de su infancia y adolescencia; la de la íntima vida familiar, la del colegio y la del Instituto; la etapa de sus raíces más profun- 422 ANTONIO HEREDIA SORIANO 2 Al final de su vida declaró haber usado mucho del nombre de España, “así como del de Dios –añadía–, frisando acaso alguna vez en el abuso”. Igual puede decirse de los términos “muerte/inmortalidad” (U NAMUNO [=RE]: República española y España republicana (1931-1936). Edic. de V. González Martín (Salamanca 1979) 101. 3 VII, 1113.