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ma se va desvaneciendo en su roce con el oficial, que simboliza una mayor cultura, y todo va pasando como pasa el flujo del agua en el océano y queda siempre vivo el mar. Es el pueblo vasco un pueblo que se va…” 27 . No es que deje de tener querencia y aun nostalgia de su pue- blo, no es que deje de sentirse vasco por los cuatro costados y de amarlo entrañablemente, no es que desprecie sus virtudes raciales y sus costumbres, no es que quiera disolverlo o anularlo en aras de un españolismo, europeísmo o cosmopolitismo superestructural vacío o neutro de alma… No; lo que pasa es que ha descubierto el peligro que corre para su desarrollo histórico encerrado, en infantil ensoñación, en una historia inconsistente alimentada más por poe- tas y artistas, creadores de quimeras y fantasmas, que por historia- dores científicos, desveladores de su ser histórico real. “Cuando un pueblo carece de tradiciones y leyendas, no falta quien las invente, para luego atribuíselas al pueblo; y esto ha sucedido en el país vasco” 28 . Y eso puede llevarlo a un estéril aislamiento por cultivar un regionalismo cerril de fabulación autocontemplativa. Influido por la universidad y otros círculos madrileños de cultura europea, se fue alejando de ese espíritu regionalista y se aplicó al estudio científico y positivo de la historia de su pueblo. E inclinado de un lado a Hegel y de otro al positivismo, comprendió que sólo si se abría y asimilaba a lo “otro” (concretamente lo latino, su elemento históri- camente civilizador) es como el vasco superará la cultura de campa- nario y correrá la carrera de la civilización y del progreso 29 . “¿Cuán- do entraremos en el período crítico? –escribía en 1886– ¿Cuándo daremos de mano a los entusiasmos patrios faltos de medida y deja- remos para siempre el período infantil en que los pueblos buscan en sus orígenes y antigüedades misterios, grandezas y quimeras?” 30 . Deseaba Unamuno por estos años de su juventud encauzar el regio- nalismo por vía científica y realista, y apartarlo de fantasías que 428 ANTONIO HEREDIA SORIANO 27 Ib ., 88.– “El pueblo vasco –escribe– puede decirse que es un pueblo sin historia hasta el siglo VIII” ( Ib ., 134). 28 Ib ., 109, 134, 163. 29 “Los latinos nos sacron de la barbarie –escribe tras su tesis-, ellos nos han civilizado, ellos nos arrastran consigo a fundirnos en la gran familia latina hija del pueblo más grande, más robusto y más fecundo” ( Ib . IV, 135). 30 Ib ., 140.

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