NG200502003

la utilidad de las riquezas; de la esclavitud, la libertad. De modo semejante, del vicio se conoce la virtud; del pecado, la gracia; de la soberbia, la humildad; de la avaricia, la liberalidad; de la lujuria, la castidad. Tal es el sentido de que se nos proponga hoy en el santo Evangelio a la mujer adúltera, encontrada en flagrante delito, digno de muerte según la ley de Moisés, merecedora de ser lapidada (cf. Lv 11,10; Dt 22,32). Así, conociendo en la pena de este pecado cuánto desagrada a Dios el vicio de la lujuria, conocemos igual- mente cuánto le agrada la virtud de la castidad y de la virginidad. Por lo que se deduce que la Santísima Virgen, Señora y Reina nues- tra, agradó de manera suma al Dios altísimo, porque fue virgen purí- sima en la mente y en el cuerpo. Jesús se fue al monte de los Olivos. Pero de madrugada se pre- sentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a Él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio , etc. (Jn 8,1-11). 2. De la santa Rebeca leemos que, antes de unirse en matrimo- nio con el santo Isaac, era virgen bellísima y aún no unida a varón (Gn 24,16). Lo mismo la madre de todos nosotros, (Eva), mientras permaneció en el paraíso en estado de inocencia, fue también vir- gen. Lo mismo de María la profetisa, hermana de Moisés y Aarón, leemos que fue virgen: Fue 19 , pues, la joven (hebr. ha,almah) y llamó a la madre del niño (Ex 2,8). Después, no se dice nunca en las divinas Escrituras que se hubiera unido en matrimonio, aunque, si bien fue pura en el cuerpo, no estuvo sin pecado en la mente y el espíritu, pues de su pecado se dice: murmuró contra su hermano Moisés, por lo que Dios la hirió con la lepra, permaneciendo fuera del campamento durante los siete días de una semana (cf. Nm 12,1 ss). Por el contrario, María Santísima, Señora y Reina nuestra, fue virgen perpetua y pura tanto en el cuerpo como en la mente, sin pecado alguno en absoluto. Cuanto de perfección y de virtud se encuentra en todas las santas mujeres en las Divinas Letras, se ha de atribuir a la Santísima Virgen sin ningún vicio ni defecto; lo mismo que la sagrada teología simbólica atribuye a Dios cuanto de bueno se encuentra en las criaturas de todo el universo, a excepción de LA VIRGEN MARÍA EN TRES SERMONES DE SAN LORENZO DE BRINDIS 379 19 Cuando vigilaba al niño Moisés flotando en las aguas del Nilo .

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