NG200502003

que surge cual la aurora, bella como la luna, refulgente como el sol, imponente como batallones? (Ct 6,8-10). Advertid el artificio del Espíritu Santo en alabanza de la Santí- sima Virgen. Todas las almas de los elegidos son, en cuanto a la gra- cia, diferentes en tres modos: pues o son perfectas en la caridad, o progresan y tienden a la perfección de la caridad, o comienzan a progresar en la caridad. Todo esto lo explicó el Señor en la parábola del sembrador con la imagen del fruto centésimo, sexagésimo y tri- gésimo, aludiendo a los corazones de los fieles, buenos, mejores y óptimos (cf. Mt 13,3-8): Los que oyendo la palabra con corazón bueno y óptimo, la retienen y dan fruto en la paciencia (Lc 8,15). Esta triple categoría de almas elegidas la expresó el Espíritu Santo distinguiendo reinas, concubinas y doncellas. Pues entonces, ante los reyes, las reinas ocupaban el primer lugar, las concubinas el segundo, mientras que las doncellas, vírgenes todavía, aunque desti- nadas al lecho del rey, ocupaban el tercer lugar en la dignidad. Del número de éstas era Ester cuando fue constituida como reina por ser la más hermosa y agraciada (cf. Est 2,15-18). Por eso dice: Una es mi paloma , una es mi perfecta , como para Salomón, entre las innume- rables reinas, concubinas y doncellas, la más amable de todas fue la hija del Faraón (cf. 1R 3,1; 7,8; 2Cro 8,11); una sola es elegida como madre, como genitora. A esta única y extraordinaria mujer (Hanc unicam phoenicem = a esta única fénix 12 ) , todas las almas elegidas la celebran con las más encumbradas alabanzas: He aquí que desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada (Lc 1,48). La vieron las hijas , esto es, la contemplaron y admiraron, y las reinas la llamaron bienaventurada y las concubinas la alabaron , ciertamente con un grande encomio: ¿Quién es ésta que surge cual la aurora, o como un lucero, bella como la luna, refulgente como el sol, imponente como batallones? ¿Qué significan estos tres símbolos de luces: lucero, luna y sol? Tres son los pecados que manchan nuestra alma: original, mortal y venial. La santísima Virgen estuvo inmune de todo 372 BERNARDINO DE ARMELLADA 12 Analogía (o adagio), significando un ser maravilloso, según lo explica Paulus Mannuccius, Adagia quacumque ad hanc diem exierunt , apud Juntas, Venecia 1575, p. 949.

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