NG200502003
como Rey del universo ordenando que como a Hijo suyo unigénito todas las cosas le obedezcan. Lo mismo que el viejo David instituyó a Salomón como rey de todo su reino (cf. 1R 1,11-48), así hizo hoy Dios con Cristo, diciendo: Escuchadle . Y lo dice así, sencillamente, porque lo dice a todos. Sabemos que Salomón, una vez constituido rey, honró grande- mente a su madre, por cuya causa fue hecho rey; pues dice la Sagrada Escritura que su madre Betsabé se llegó al rey Salomón para hablarle... Se levantó el rey, fue a su encuentro y se postró ante ella, y se sentó después en su trono; pusieron un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra (1R 2,19). Así Cristo quiso honrar a su Madre como es debido; aún más, lo mismo que Dios creó la luna semejante al sol, a Eva semejantísima a Adán (cf. Gn 2,21ss), lo mismo, desde la eternidad, Dios predestinó a la Santísima Virgen a ser lo más posible parecida a Cristo y lo ejecutó en el tiempo creán- dola, llamándola, justificándola y magnificándola o glorificándola: Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a repro- ducir la imagen de su Hijo, para que fuera Él el primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, a ésos también los llamó; y a los que llamó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó (Rm 8,29-30). María es semejante a Cristo en mayor grado que todas las demás almas elegidas en la predestina- ción, en la vocación, en la justificación y en la glorificación. 3. Primeramente en la predestinación. Pues como en la crea- ción de este mundo material y corpóreo Adán fue el primer hombre, y Eva fue formada inmediatamente antes que todos los demás hom- bres, así en la formación del mundo pneumático o espiritual en la mente de Dios, en la eterna predestinación, Cristo es el primer hom- bre, cabeza de todos los predestinados y elegidos de Dios, como lo llama Pablo: Primogénito de toda criatura: el cual , dice, es imagen de Dios invisible , he aquí el Adán, primogénito de toda criatura (Col 1,15). De igual modo desde la eternidad fue predestinado Cristo y por Cristo fueron todos predestinados y elegidos. Lo dice Pablo a los Efesios: Por cuanto nos ha elegido en Él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor; eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo (Ef 1,4-5). Por eso dice igualmente: A los que conoció..., los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo , como si LA VIRGEN MARÍA EN TRES SERMONES DE SAN LORENZO DE BRINDIS 369
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