NG200502003

reflexión filosófico-teológica. Así, la tradición religiosa, estrecha- mente unida al concepto divino, influye y se vincula al nacimiento de la filosofía 4 . La vinculación entre religión y Dios, en parte lógica por la importancia de Dios y lo divino, ha provocado asimismo que las pri- meras reacciones frente al hecho de la religión incluyeran, también, una postura atea en la articulación entre creencia religiosa y creen- cia teísta. La interpretación de la historia del pensamiento de Dios, identificándolo con la reflexión de la filosofía de la religión, puede, incluso, desvirtuar el significado mismo y la vivencia de Dios, redu- ciéndolo a una especie de fantasma nominal tras las identificaciones metafísicas y las destrucciones o reacciones a las mismas 5 . Ello no significa que la deslegitimación sea justificada, lo que quisiera seña- lar es el hecho de la identificación. Por otra parte, la misma idea de Dios está también mediatizada por la óptica occidental tanto en su concepción teológica, como filosófica. Habría que indicar que la cuestión de Dios desde la filosofía moderna es debatible y muy mediatizada por un tipo de razón e idea de inteligibilidad, al menos, discutible. Y, por otra parte, por un olvido del elemento religioso que tiene en sí la propia idea de Dios. Por eso quisiéramos situarnos en una perspectiva más global en el espacio, no sólo por motivos de lectura desde lo racional, de la que, además, no puede escapar la filosofía; sino porque lo religioso como hecho humano implica su estructura íntima y, por extensión, las diversas formas culturales que realiza en cuanto persona que se comunica con la realidad que le circunda 6 . De esta forma, las categorías históricas del positivismo, reductoras del fenómeno religioso a un estado primitivo de raciona- ¿”DIOS” COMO OBJETO DE ESTUDIO DE LA FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN? 333 4 W. PANNENBERG, Una historia de la filosofía desde la idea de Dios (Salamanca 2001) 15. 5 “... nosotros, occidentales, herederos de la ontoteología, de la Ilustración y las filosofías de las sospecha, miembros de sociedades secularizadas, habitantes de un mundo postreligioso, postcristiano, postmetafísico..., cuando decimos «Dios»... tenemos el peligro de considerarla (la palabra «Dios») como... «un fantasma de la gramática»...” (J. MARTÍN VELASCO, Dios en el universo religioso , en ID., F. SAVATER y J. GÓMEZ CAFFA- RENA, Interrogante: Dios. XX. Foro sobre el Hecho Religioso (Bilbao 1996) 6. 6 Este proceso de comunicación personal es un hecho que no sólo afecta el ámbito religioso, sino que es hoy, como siempre, una realidad que conocemos como multiculturalismo y que es, sin duda, uno de los retos que hoy han de afrontar las socie- dades contemporáneas, un desafío que ha de convertir un hecho en un deseo “la huma- nidad multicultural en intercultural”.

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