NG200502003

imprescindible en filosofía de la religión, puesto que condensa el Mis- terio, eje central del hecho religioso. Ciertamente, lo numinoso como vivencia personal nos lleva a la ineludible cuestión desde la filosofía del infinito. En este sentido, la normatividad filosófica no descansa en el concepto de Dios, pero apunta a Dios (“en la perspectiva infinita de una aspiración” 79 ) como el responsable último de la experiencia numinosa de la persona. No suponer un contenido a priori de Dios, no significa relegarlo a la consideración a posteriori como un aña- dido 80 . Resulta difícil sostener la afirmación de inspiración tomista con la que Alfaro concluye que: “Si Dios no estuviera presente a priori en su espíritu, el hombre no podría encontrarlo”. En todo caso la afirma- ción puede ser dicha en una reflexión de la filosofía de la religión, pero no se puede hacer normatividad de ello 81 . Pero con eso no negamos que después de reflexionar pudiéramos llegar a esa conclu- sión como una aserto final de nuestro conocimiento epistemológico. No negamos la prioridad metafísica u ontológica de Dios, sino el que sea desde la filosofía de la religión un principio de conocimiento en el que empezar a especular. Nos acercamos, en este sentido a aquella posición escotista revitalizada por Zubiri, como bien nos recuerda J. A. Merino: “Escoto invita al pensar radical presentando a Dios no como realidad-objeto de conocimiento, sino como realidad-funda- mento de la existencia. Dios es la solución del problematicismo de la existencia humana y mundana. En esto se anticipó a aquello de Zubiri: «El problema de Dios, en tanto que problema, no es un pro- blema arbitrariamente planteado por la curiosidad humana, sino que es la realidad humana misma en su constitutivo problematicismo»” 82 . El acceso a Dios desde la filosofía de la religión no supone reali- zar un juicio sobre Dios (propio de la teodicea), ni partir de Dios para explicitarlo con argumentos filosóficos (teología natural o filosófica). La filosofía de la religión llega a Dios desde lo numinoso, el Misterio y lo Absoluto. Y lo estudia como elemento fundamental en las expe- 356 MANUEL LÁZARO PULIDO 79 J. MARÉCHAL, Le point de départ de la métaphysique V, (Bruxelles-Paris 2 1949) 542. 80 X. PIKAZA, El fenómeno religioso. Curso fundamental de religión (Madrid 1999) 95. 81 J. ALFARO, La dimensión trascendental en el conocimiento humano de Dios , en Gregorianum 55 (1974) 672. 82 J. A. MERINO, Historia de la filosofía franciscana (Madrid 1993) 238. La cita de Zubiri es de la obra El hombre y Dios (Madrid 1984) 13.

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