NG200502003
tivo o sustantivo, pero eso no implica que no se pueda realizar un bosquejo descriptivo de su campo. No olvidemos que sus afirmacio- nes van creando normatividad. Separar los ámbitos, definirlos y dife- renciarlos, no significa que estos sean incomunicables. Como Mau- rice Blondel hizo desde la orilla filosófica y Henri de Lubac desde la teológica en el cristianismo 58 , religión y filosofía se implican. Como señalaba Juan Pablo II en la Carta encíclica Fides et Ratio : “No es inoportuna, por tanto, mi llamada fuerte e incisiva para que la fe y la filosofía recuperen la unidad profunda que les hace capaces de ser coherentes con su naturaleza en el respeto de la recíproca autono- mía. A la parresía de la fe debe corresponder la audacia de la razón” 59 . Flaco servicio se hace a la teología cuando los planos se confunden. A su vez, la filosofía de la religión aprovecha todo el arsenal filosófico disponible, si bien no se confunde con él; no es lógica, ni epistemología, ni ética..., aunque utiliza estas disciplinas filosóficas y establece relación, como no puede ser de otro modo, con ellas. Si uno de los quehaceres propios de la filosofía es, como hemos espe- cificado, dar respuesta al problema del sentido de la realidad, lógi- camente ha de tener en cuenta la metafísica que tradicionalmente se ha ocupado de las preguntas últimas de la existencia humana. Sin embargo, no ha de confundirse con ella. Puede por ello resultar excesiva la afirmación de autores como K. Rahner de que “la consti- tución de la filosofía de la religión acontece en la metafísica; es más: rectamente entendida, es la metafísica misma” 60 . Por su parte, la teología natural responde a la pregunta racional sobre Dios, a las cuestiones relativas a su esencia y existencia 61 . La religión no es el ámbito primero de la especulación filosófica de la teología natural, sino que su objeto de estudio es Dios como dis- curso primario, como posibilidad de acceso cognoscitivo y racional: “El hombre religioso experimenta a Dios como un poder personal, ¿”DIOS” COMO OBJETO DE ESTUDIO DE LA FILOSOFÍA DE LA RELIGIÓN? 351 58 Cf. H. BOUILLARD, Blondel et le christianisme (Paris 1961); H. DE LUBAC, Théologies d’occasion (Paris, 1984) 97-111. 59 Fides et Ratio , n. 48. 60 K. RAHNER, Ib ., 19 . Cf. P. TILLICH, Ib ., 16. 61 “La historia de la teología filosófica comienza cuando este Principio metafísico recibe el nombre de Dios ” (R. FERRARA, Religión y filosofía , en F. DÍEZ y F. GARCÍA, El estudio de la religión (Madrid 2002) 197).
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