NG200502003
El autor asume la definición de un filósofo muy citado (y pre- ciado) por él, B. Welte, de quien afirma que dice que “La filosofía de la religión es un pensar filosófico, normativo, que versa sobre la reli- gión e intenta esclarecer sus esencia auténtica” 40 . La cita del texto sobre la filosofía de la religión es parecida, pero no es exactamente esa en la traducción al castellano que cita el profesor José Luis Sán- chez y que aquí señalamos también: “La filosofía de la religión es un pensar filosófico que versa sobre la religión y, por tanto, pone todo su empeño en esclarecer intelectualmente la esencia y la forma de ésta. La filosofía de la religión aborda racionalmente la pregunta ¿qué es en esencia la religión?” 41 . Como se puede apreciar, hay una sutil diferencia no exenta de importancia. Para B. Welte –y ésta puede ser una pretensión siempre discutible no tanto al plantearse, como al responderse– la filosofía de la religión es “un pensar” que “pone todo su empeño”. La normatividad se reduce al propósito racional de dar cuenta de la cuestión nada sencilla sobre la “esencia de la religión”. Y, efectivamente, al responder siempre creamos cierta normatividad, pues la propia contestación sobre la esencia lleva implícita una delimitación del objeto. Pero, a pesar de que el empeño termina siendo normativo, no parece que la pregunta sea en sí establecer la normatividad, aunque ésta sea una consecuencia necesaria. La pretensión de Welte es sutilmente diferente en las prio- ridades y, desde luego, no la explicita en su texto. Además, creo que el apartado más general en el que se inserta este párrafo: “Sobre el sentido de la filosofía de la religión”, también puede ayudar a la comprensión de la diferencia de matices. Pero es que, aún así, este objetivo podría matizarse. Efectivamente, el discípulo de Heidegger, B. Welte, centra su filosofía de la religión desde una posición teísta en el que Dios aparece en un discurso “racional discursivo” 42 como principio y fin del mismo. De hecho, el capítulo central de la obra 346 MANUEL LÁZARO PULIDO matividad no pretende establecer la racionalidad de la revelación o racionalizar la exis- tencia de Dios; pero no excluye “a priori” ni la revelación ni la existencia de Dios. c. Pero la normatividad de la filosofía de la religión se ve obligada, por la fuerza de los hechos, a reconocer un momento de racionalidad a la religión, en virtud del cual ésta se articula con la razón y es, desde tiempo inmemorial, un hecho asumible y asumido por seres humanos que son racionales y libres y no pueden renunciar a esa racionalidad” ( Ib. , 22). 40 Cf. Ib. , 21. 41 B. WELTE, O. c. , 23. 42 J. DE SAHAGÚN, Fenomenología y filosofía de la religión (Madrid 1999) 97.
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