NG200502003

El estudio de la filosofía de la religión como “interpretación racional de los hechos descritos por la fenomenología” es una afir- mación válida, pero a mi juicio insuficiente. El cerco al hecho reli- gioso como sagrado que legítimamente realiza la fenomenología de la religión, queda transformado cuando se aplica la perspectiva y método propios de la reflexión filosófica. El objeto de estudio adquiere una dimensión nueva, relacional: sujeto y objeto se impli- can, lo que no significa que se confundan. En todo caso se estudia algo que no deja indiferente a la persona. El filósofo analiza un objeto de estudio que no es simplemente tal. El hecho religioso es un acontecimiento vivido. Una perspectiva que es distinta a la de la fenomenología que no puede ir más allá del fenómeno 35 . La filosofía de la religión, desde nuestro punto de vista, ha de buscar desde su método la racionalidad y el sentido de aquello que se nos presenta, y eso implica buscar, indagar “más allá” del fenómeno. En cierto sentido, Wittgenstein tenía razón al señalar que en la actitud reli- giosa, lo “místico” 36 muestra lo que las cosas son, si bien su lectura lingüística le lleve a disminuir la capacidad de comunicación efec- tiva, aunque ello no le lleve a negar su existencia (pero ¿cómo hablar de lo inexpresable?) y reforzando el carácter en sí del hecho religioso desde la teoría de la representación. Independientemente de la visión del primer Wittgenstein, nos quedamos con su mirada de lo religioso como lo inefable, lo que está más allá de la realidad concreta como hecho para dar cuenta del mundo en su totalidad. La filosofía de la religión se muestra, por lo tanto, como inves- tigación y análisis en dos campos que se conectan. Una indagación a partir de lo numinoso y, desde aquí, un análisis de los conceptos que distinguimos en el ámbito de lo sagrado a lo que podemos lla- mar hecho religioso. La filosofía de la religión se sitúa superando las dos orillas de las que hemos hablado y que muchas veces han tenido su reflejo en el modo de practicarse. Una tipología que Gómez Caffarena ha caracterizado como “Filosofías de la religión de 344 MANUEL LÁZARO PULIDO 35 Cf. G. LEEUW, Fenomenología de la religión (Méjico 1964) 647. Sobre esta con- cepción cf. R. NANINI, La fenomenologia della religione in G. van der Leeuw , en Studia Patavina 47 (2000) 439-459 y 679-706. 36 Pr. 644, 645 y 6522, en L. WITTGENSTEIN, Tractuatus Logico-Philosophicus (Madrid 1987). Cf. S. MURILO MELO, Ludwig Wittgenstein sobre a linguagem religioso , en Estudos de Religião 26 (2004) 138-150.

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