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problemas de conciencia, dejan de ser tales para convertirse con gran eficacia, en una propuesta de fe válida, capaz de remover la estructura existente. Pero su argumentación busca un respaldo social amplio en la aceptación de los principios antiesclavistas y abolicio- nistas, cobrando especial fuerza a la luz de las enseñanzas del Evan- gelio. Para él las consecuencias son lógicas: para un cristiano las exi- gencias son mucho mayores y tienen que estar todavía mucho más claras y firmes, de ahí que no tuviera problema en aceptar la esclavi- tud por parte de los musulmanes. Su misma manera de argüir nos permite intuir que su intención no se queda únicamente en una ilu- minación expositiva de la doctrina evangélica, especialmente pau- lina, sino que da un paso importante: se presenta como un modelo de comportamiento y práctica concreta en la que se encuentran implicados todos aquellos que, de una manera u otra, están situados a lo largo del amplio y prolongado proceso de la trata. VI . Se analizan los argumentos de los adversarios Epifanio de Moirans comienza constatando la falta de claridad en la adquisición. La tan recurrida compra de buena fe, la considera él como un gran fraude que pone en peligro a infinidad de almas. A la mayoría de los moralistas sólo les importaba si los esclavos eran comprados de buena fe y sin sospecha, aunque posteriormente apa- reciera la duda; ya que a partir de este momento la compra se con- sideraba legal, y, por tanto, también legítima la posesión. Los auto- res afirmaban que era mejor la condición del poseedor, haciendo referencia al Decreto 53 . Implícitamente se estaba alegando también que el que vendía lo hacía también de buena fe, comportándose con aquello que poseía conforme a toda justicia. Para él es claro que no hay buena fe en este tipo de transaccio- nes, ya que si las hubiera habría que averiguar la licitud de la com- pra y si se descubre que esta fuera ilícita, el comprador estaría obli- gado a liberar y restituir. Era la doctrina que había formulado explícitamente el jesuita Luis de Molina 54 . La obligación moral del 300 MIGUEL ANXO PENA 53 Cfr. In VI. 5.[13.]65: “In dubio melior est conditio possidentis”. 54 Cfr. Luis DE MOLINA, De iustitia et iure , disp. 35. A este respecto, Jesús Mª GARCÍA AÑOVEROS, “Luis de Molina y la esclavitud de los negros africanos en el siglo XVI. Principios doctrinales y conclusiones”, en Revista de Indias 60 (2000) 307-329.

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