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Para reafirmar su argumento cita literalmente a dos autores: el dominico Juan de la Cruz de Talavera 48 y el franciscano observante Enrique de Villalobos 49 , autores con cierto renombre en su época y que hoy pasan casi inadvertidos, a no ser por obras de este tipo. La argumentación de los mismos, que se sitúa en perfecta línea con su idea, le sirve para reforzar el argumento de autoridad, aunque en el caso del franciscano tenga que llegar a la conclusión contraria a la que él propone. Con todo, sus resultados parecen tener una lógica interna bastante aceptable: “no es causa justa de esclavitud la inten- ción de dar al esclavo una vida mejor, ya que no hay que hacer el mal para que venga el bien” 50 , frente a aquellos que proponían la esclavitud para los bozales como un medio para llegar a ser cristia- nos, esto lo corrobora haciendo referencia a la falta de fe existente en aquellas tierras de África, donde el mismo obispo de Cabo Verde, Pedro Brandâo admite la falta de cumplimiento general en las nor- mas de la Iglesia 51 . Si esto era así, en otro orden de cosas, cuánto más en aspectos que referían directamente hacia los intereses eco- nómicos de infinidad de individuos. Así lo hará notar más adelante: “Me admiro de que los españoles estén tan ciegos de malicia, que se atrevan a hacer tales cosas. Digo ciegos de malicia, no de ava- ricia, porque no renuncia tal contrato en bien de los españoles ni en provecho de la monarquía y de los particulares, pues ingleses y holandeses toman para sí de España plata y oro por moluscos; con los 298 MIGUEL ANXO PENA 48 Nació en Talavera de la Reina. En la misma villa ingresa en el Convento de los dominicos. En 1586 es enviado al Convento de san Gregorio de Valladolid para completar su formación académica. Durante algún tiempo fue Lector en Ávila, regresando posterior- mente a Talavera como profesor de Sagrada Escritura y Teología. Se distinguió por el estudio de la teología moral. En 1620 publica su Directorium conscientiae . La obra estaba dividida en dos partes. La primera analiza los preceptos del decálogo y la segunda los sacramentos. Dedicó más de treinta años a ésta, compendiando en ella el núcleo de la doctrina moral de santo Tomás. 49 Era natural de Zamora e ingresó en la observancia franciscana. Fue lector de Prima en san Francisco el Real de Salamanca. Se dedicó a enseñar teología por más de treinta años. Su obra más representativa es la Suma de la teología moral y canónica , com- puesta por dos volúmenes. Dicha obra fue objeto de repetidas ediciones. Muere en Sala- manca en 1638. 50 Ibid ., n. 61. 51 A este obispo se había ya referido Alonso de Sandoval, cfr. Alonso DE SANDO- VAL, De instauranda aethiopum salute lib. I, cap. 22, n. 4 (Madrid 2 1647, 101), lib. 1, cap. 19, n. 2, p. 85. Aunque el capuchino no cita nunca al jesuita, es posible que lo tuviera presente por medio de la obra de Jaca: Cfr. Francisco José DE JACA, Resolución , n. 31, 44.
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