NG200502001

des, con los valores de un sistema de convivencia democrática, del que nos hemos dotado libremente los españoles” 50 . Me estoy exponiendo a que me tachen de ultraconfesional; (no es necesario que den más muestras de falta de ponderación, señores redactores laicistas del documento); me duele que a los que dicen (o decimos) pertenecer al sector progresista de la comunidad esco- lar se les (nos) advierta con aires admonitorios o, lo que es peor, con aires de un paternalismo trasnochado que de lejos huele a sec- tarismo y dogmatismo de la ortodoxia ultraprogresista, que no cai- gan (que no caigamos) en la trampa de desacreditar la asignatura propuesta por el Ministerio. ¿Pero no habíamos quedado ya en que la Inquisición era cosa de la Iglesia católica? ¿Quieren resucitarla ahora, con la mirada puesta en otras posibles víctimas, los sedicien- tes progresistas laicos, o los neoprogresistas ateos? ¿Cómo es posible que, a estas alturas de nuestra vida democrática, en nombre de la libertad, alguien quiera privarnos de nuestro derecho a expresarnos libremente? También me duele que los autores del diseño ignoren a los “regresistas” regresivos y, retrógrados, a los carcas, conservado- res, casposos, etc. Acaso si les dieran un consejito, al menos un con- sejito, a estos irrecuperables para la democracia laicista, lograrían que algunos de ellos no cayesen tampoco en la trampa de desacre- ditar la asignatura de Educación para la Ciudadanía, o que incluso convenciesen a algunos de su misma ralea a sumarse al coro de los que cantan los loores de la nueva invención de los demócratas pro- gresistas. Añade el documento un poco más adelante: “La creación de una asignatura, con ésta u otra denominación similar, es una exigencia derivada del art. 27.2 de nuestro texto constitucional, que de manera escueta y precisa señala cuál es el esqueleto de su contenido: el desarrollo de la personalidad en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los dere- chos y libertades fundamentales que “se interpretará de conformi- dad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tra- 266 PEDRO FERNÁNDEZ FALAGÁN 50 Universidad Carlos III. Fundación Educativa y Asistencial Cives, Educa- ción para la Ciudadanía (Madrid 2005). EI texto citado en esta nota corresponde al Preámbulo.

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