NG200502001

otros licenciados universitarios, concretamente los politólogos, his- toriadores, filósofos o sociólogos pongan sus manos en la ense- ñanza de esa excelsa materia. Es increíble, pero así lo afirma y lo firma un catedrático de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Carlos III. A ver si se crea la nueva asignatura para poder dar muchos centenares de puestos docentes a los juristas, que hasta ahora sólo en reducido número han accedido a la enseñanza no universitaria. Por si no ha quedado claro, el ilustre profesor remacha que la asignatura, si se incluye en el currículo, tiene que ser impartida por profesores especialmente preparados. “Sería hacer el trabajo a medias si se implantase la asignatura y se atribuyese su docencia a profesores ya existentes, como los de Filosofía e Historia. Éstos deberían tener acceso al nuevo pro- fesorado, como los juristas y los politólogos, pero a todos se les debe exigir una formación especializada y propia para impartir la asignatura, que se podría llamar ‘Ética pública y Derecho’” 43 . Ante tan sabia y meditada exigencia, ya saben los profesores de Filosofía y los de Historia cuál es su tarea inmediata: “reconver- tirse” para llegar a ser profesores específica y especialmente prepa- rados para impartir esa sublime materia. No sé si estos ineptos pro- fesores tendrán aún “potencia obediencial” para reconvertirse. Por lo demás, esta sugerencia del Sr. Peces-Barba se ajusta a la ense- ñanza evangélica: “Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino reventará los odres y se perderán vino y odres. El vino nuevo en odres nuevos”. (Mc. 2, 22). Acaso el vino “nuevo” del Sr. Peces-Barba no sea tan nuevo; y no es que sea añejo, sino que pro- bablemente esté avinagrado. Es preciso que todos animemos al Gobierno a fin de hacernos merecedores de los bienes que nos reportará la inclusión de Educa- ción para la Ciudadanía en los currículos escolares. “Si el Gobierno se decide a realizar esta reforma, se habrá producido un cambio revolucionario en la enseñanza preuniversi- taria y se producirían, sin duda, resultados positivos para la convi- ¿FILOSOFÍA EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA ESPAÑOLA? 261 43 Ib.

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