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fundamentar la libertad. De este modo, se privilegia la función prác- tica de la razón frente a la teórica. Pero si esto es así, ¿cómo afecta a la filosofía de la religión? Si sólo tiene estatuto de ciencia y de cono- cimiento objetivo lo dado por la función teórica, cómo puede ejer- cerse una religión que se apoya en el sentimiento. La lectura de esta pregunta ha coartado la propia reflexión de la filosofía de la religión que está restringida, no olvidemos, por el ejercicio de la mera razón. Este sentido lo expresa Sergio Rábade cuando afirma la ambivalen- cia del significado que en la filosofía kantiana adquiere la razón: hay y no hay optimismo racional pues del mismo modo que es la razón la última prerrogativa e instancia de racionalización y cientificidad del ser humano; a su vez, es incapaz de ejercer un poder trascen- dente de la realidad 22 . La filosofía de la religión se ve autolimitada como tal desde la reflexión de la razón en la Crítica , no porque la reflexión filosófica de la religión no tenga que ser considerada desde la razón, sino por la propia definición autolimitante de la razón. Abortado de la razón como facultad de conocer, es en la práctica como podemos llegar a Dios y a la religión, y de ahí se deriva una caída en el carácter senti- mental de la religión. En este sentido, como señala Alfonso López, ha existido una precipitación de juicio y de categorización excesiva: “Por el hecho de que en la experiencia artística y en la religiosa juega un papel relevante el sentimiento, se sacó a menudo la precipitada conclusión de que el conocimiento artístico y el religioso son fruto de una actitud meramente «sentimental» y deben ser arrumbados en el desván de «lo irracional». Conocer y sentir forman así un dilema, de modo que el hombre se ve obligado a optar entre lo uno y lo otro” 23 . Esta lectura sentimental y despreciativa del sentimiento como alejada de la reflexión filosófica puede ser exagerada. Como señala Leones Ribeiro dos Santos, el sentimiento no es en Kant algo ajeno al pensamiento filosófico y su concepción de la filosofía y la morali- dad, sino que es un resorte que impulsa la vivencia moral humana 24 . 182 MANUEL LÁZARO PULIDO 22 S. RÁBADE, Razón y sistema en la Dialéctica trascendental, en Anales del Seminario de Historia de la Filosofía 2 (1981) 147. 23 A. LÓPEZ, Cuatro filósofos, O. c. , 26-27. 24 L. RIBEIRO, La vivencia de lo sublime y la experiencia moral en Kant , en Anales del Seminario de Historia de la Filosofía , 9 (1992) 116.

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